Ciudad del Vaticano/AP- El Papa Benedicto XVI expresó ayer que todos los que conocieron o admiraron a Juan Pablo II seguramente comparten la alegría que él siente por la beatificación de su predecesor, la cual se realizará el 1 de mayo en una ceremonia en la que se espera a unos 2 millones de personas.

La beatificación es el último paso necesario para que un católico romano pueda ser considerado como un posible santo.

“El 1 de mayo tendré la gran alegría de proclamar bendito al venerable Juan Pablo II, mi querido predecesor”, dijo Benedicto XVI.

“Todos los que lo conocieron, todos los que lo estimaron y admiraron, no pueden sino alegrarse junto con la Iglesia por este evento”, expresó el pontífice.

La reacción, ante la beatificación de Juan Pablo II, no se hizo esperar en los países centroamericanos.

La Iglesia Católica de Nicaragua celebró el anuncio de la proclamación como beato del papa Juan Pablo II, quien en dos ocasiones visitó este país centroamericano.

Afiches con la figura de Juan Pablo II fueron distribuidos en la Catedral Metropolitana de Managua, durante la eucaristía oficiada por el padre Bismark Conde, vicario de ese templo, que expresaban alegría por la decisión del papa Benedicto XVI de promulgar el decreto mediante el cual se reconoce un milagro por su intercesión.

El Salvador “se alegra sobremanera” con el anuncio, dijo ayer el arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas.

“Esperamos que pronto sea beatificado, sin duda que sí. Estamos sumamente contentos. Es la mejor noticia que podemos escuchar”, sostuvo el prelado y consideró que la felicidad no solo es en El Salvador, sino también en el mundo entero.

Juan Pablo II será beatificado en la festividad de la Divina Misericordia, instituida por él mismo para honrar el culto impulsado por santa Faustina Kowalska, una religiosa de la que se consideraba discípulo y que es conocida como la santa Teresa de Jesús polaca.