Carlos Láscarez S.
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Goicoechea.- El tratar de ayudar a una sobrina que estaba en peligro y a una de sus hijas, motivó anteayer a Kattia María Umaña Chaverri, de 35 años, a ingresar a playa Guiones de Nicoya, sin imaginar que una enorme ola la sorprendería,aseguró ayer su padre Denis Umaña, de 57 años.

Umaña había salido de San José en autobús a las 4:30 a.m. rumbo a Guanacaste, donde sus tres hijas gozaban de unos días de vacaciones al lado de su padre, comentó el padre y abuelo.

La desgracia ocurrió a escasos minutos de haber llegado a la playa. Pese a que fue auxiliada por su exesposo de apellido Caravaca, quien es enfermero, este nada pudo hacer por Umaña.

El afligido padre recordó que se enteró del deceso de su hija mientras laboraba como pastelero, por lo que sufrió un aumento de su presión arterial a 180/90.

La educadora laboraba en un centro privado de atención para personas con Síndrome de Down en Santa Ana, donde daba clases de pintura. Además, había cursado estudios en diseño y Autocad.

Era madre de tres hijas de 19, 14 y 12 años. Estas últimas se preparaban para ingresar a noveno año y a sétimo.

Le cumplió el antojo

Su padre recordó que la última conversación que tuvo con su hija fue el lunes pasado, cuando ella le pidió que por favor le dijera a un panadero que pasaba, que a partir del próximo viernes (mañana) ya le podía traer el resto del pan porque las chiquillas ya volvían.

“Ese mismo día mi hija me pidió que le cocinara unas tortas de huevo con gallo pinto. Hasta vacilé con mi esposa diciéndole que por unos días no iba a comer más huevos” comentó. Recordó que el 31 de diciembre anterior asistieron a una fiesta en El Encanto en Calle Blancos, aprovechando la llegada de una cuñada que habita en los Estados Unidos.

“Lo que se dijo ese día fue que ojalá pudiéramos repetir un encuentro de nuevo y que no faltara ninguna persona”, dijo Umaña.

La víctima

Kattia Umaña Chaverri

Edad:35 años