Ciudad del Vaticano/AFP.- Un niño de seis años trastornó el protocolo de seguridad de las audiencias del Papa, al ir súbitamente al encuentro de Benedicto XVI durante su audiencia semanal.

El pequeño, de origen brasileño, según testigos, se presentó ayer ante el Pontífice cuando delegaciones de peregrinos de lengua portuguesa eran presentadas en la sala Pablo VI. El Papa sonrió al niño, vestido con un jersey de rayas amarillas y negras, e intercambió algunas palabras con él antes de bendecirlo.

La escena hizo sonreír a muchos y el menor, cuya irrupción fue tolerada por la Gendarmería Vaticana y la Guardia Suiza, gracias a un discreto signo del secretario del Papa, monseñor Georg Gänswein, regresó a su lugar entre aplausos. Unas 3.000 personas participaron en la audiencia.