Patricia Recio G.
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Las familias grandes, de 10 y hasta más niños son cosa del pasado. Los hijos únicos y las mujeres que dejan de lado la maternidad para dedicarse a sus carreras marcan la tendencia hoy en día.
Según datos del Registro Civil, desde el 2001 la cifra de nacimientos inscritos ha venido cayendo. Mientras que en ese año se registraron 76.870 nacimientos, el año pasado hubo 72.701.
Para Cristian Gómez, de la Asociación Demográfica Costarricense, la baja tasa de natalidad se remonta a hace varios años. “Si uno ve datos de 1986, las mujeres tenían entre 4 y 7 hijos, ahora el promedio está entre 1 y 2 hijos por mujer”, explicó.
Dijo que si bien este proceso podría traer consecuencias a mediano plazo, es una transición normal que enfrentan muchos países en el mundo.
De acuerdo con estimaciones hechas con base al censo del 2000, de continuar con este modelo, para el año 2050 uno de cada seis habitantes seremos adultos mayores. Gómez agregó que es necesario conocer los resultados del censo de este año para saber si estas estimaciones se mantienen.
Luis Rosero, demógrafo del Centro Centroamericano de Población, opinó que el acceso a los anticonceptivos, hace ya más de tres décadas, fue una de las causas del inicio en el viraje de la pirámide poblacional. Sin embargo, el tema de los anticonceptivos va más allá.
Según la encuesta de Salud Reproductiva de 1999, el método de anticoncepción más utilizado por las mujeres eran las pastillas. En la encuesta del 2009, el método más buscado fue la esterilización femenina (operación). Es decir, cada vez son más las mujeres que deciden no tener más hijos, tras uno o dos nacimientos y por lo tanto buscan un método irreversible.
Las crecientes oportunidades de educación, empleo y el empoderamiento de la figura de la mujer en la sociedad también han influido en que sean más las que deciden postergar la maternidad, reducir el número de hijos o no tenerlos del todo.
Un país sin jóvenes
Las repercusiones que podría traer el llegar a tener una población joven reducida son muchas. No en vano los países europeos comienzan a tomar acciones para fomentar la fecundidad (ver nota aparte).
El principal efecto en la economía se vería en las pensiones, según explicó Gómez. Se ensancharían los grupos de personas de mayor edad y los jóvenes tendrían que aumentar el aporte para sostener el sistema, pues habría menos gente laborando.
La baja también se verá reflejada en los sistemas educativos, pues cada vez habrá menos pequeños matriculados en las escuelas y colegios.
Los sistemas de salud y la infraestructura en general también tendrán que adaptarse para mejorar la atención médica y las facilidades de movilidad a más personas mayores.
“Las empresas e instituciones tendrán que ampliar los rangos de trabajo. Son cosas que la sociedad va a tener que modificar”, explicó el experto de la Asociación Demográfica. La Transición Demográfica Plena, como es nombrada la condición que se presenta en nuestro país, es igualada en latinoamérica únicamente por Chile.
Esto no resulta coincidencia, ya que ambas naciones tienen indicadores parecidos en cuanto a la esperanza de vida y sólidos sistemas de seguridad social.
Aunque se ha hablado sobre los problemas antes mencionados, en nuestro país aún no hay una iniciativa clara para revertir el proceso.
¿Desde cuándo se empieza a registrar una baja en la natalidad en el país?
El proceso, que se llama Transición Demográfica y lo que hace es invertir la pirámide poblacional, viene dándose desde hace unos 15 años. Si uno ve datos de los años 90 y 86, las mujeres tenían en promedio entre 4 y 7 hijos y ahora estamos entre 1 y 2. Ese es el promedio para las mujeres en toda su vida fértil.
¿Cuáles son las causas de esta baja?
Desde que el sistema empezó a reconocer los derechos de la mujer de decidir sobre la maternidad, el avance en los accesos a la educación y al empleo. Otra de las cosas que media en la decisión son las condiciones económicas. Entre menos hijos se tiene, se les puede dar una mejor calidad de vida.
¿Qué efectos tiene esto?
Hay cosas que ya se están viendo. Hay un problema en la parte del sistema solidario de pensiones, ya que se necesita que haya personas dentro de la edad productiva para mantener a los que se van pensionando, al ensanchar los grupos de mayor edad, las personas en edad productiva serán menos y en algún momento habrá que cambiar el aporte para la seguridad social. También se ha venido dando un cambio en la cantidad de personas matriculadas en el sistema educativo.
¿Cuánto tiempo podría llevarnos llegar a ver la pirámide poblacional invertida?
Las estimaciones de ahora indican que al 2050 uno de cada seis habitantes seremos adultos mayores, pero la exactitud de la proyección no es certera, porque se basa en el censo del 2000.
A sus 35 años, Karla Solís no piensa en la maternidad, pero tampoco la descarta.
Esta mujer empresaria aseguró que si no ha tenido hijos es por decisión propia y no porque haya dejado pasar el tiempo.
“Estudié Administración porque mi sueño era tener un negocio propio. Siempre quise tener una empresa de mercadeo y a finales del año pasado al fin lo logré”, dijo Karla.
Enfocarse durante años a sus proyectos y carreras le permitió ganar el Concurso de Mujeres Empresarias a nivel nacional. Con su compañía de ferias virtuales, ha podido ayudar a decenas de mujeres que inician su propia empresa.
Para esta herediana, quien ve en su sueño la realización como mujer, ser madre no es indispensable para sentirse completa. “Ser mamá debe ser una bendición, pero a la vez una gran responsabilidad, pero no creo que una mujer sea menos mujer porque no tiene hijos”.
El caso de Karla Solís es cada vez más común en la sociedad, donde la maternidad deja de ser una obligación para las mujeres y se convierte en una opción a elegir entre los proyectos de vida.
Se casó a los 15 años. Confiesa que aún camino a la iglesia no sabía a lo que iba, ni entendía la magnitud del paso que estaba dando. A los 28 años, Vera Méndez Godínez ya tenía ocho hijos que criar.
Su historia no era nada de qué sorprenderse por aquellos años.
La valiente mujer, hoy de 74 años, es vecina de San Francisco de Asís, en Pérez Zeledón. Cuenta que en aquellos tiempos no tenía opción de elegir si quería casarse o no, tampoco forma de planificar el nacimiento de los hijos.
“La información que uno recibía de la madre o la suegra en el tema de sexualidad era escasa. Se podía decir que el tema era prohibido”.
Una cirugía que le practicaron a los 28 años fue la que le impidió tener más hijos.
Dice que criar ocho pequeños no fue fácil, pues las condiciones económicas eran difíciles, pero con la ayuda de su esposo, quien falleció hace un año lograron sacarlos adelante.
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