Miguel Calderón Suárez
miguel.calderon@aldia.co.cr

Zaida Soto, esposa de Jorge Luis Castillo, salió de su casa en New Jersey ayer a las 2 a.m. para estar en punto a las 9:30 a.m. en la Corte de Richmond, al lado de su esposo.

Al entrar a la sala, Castillo lloró al verla, se quiso poner de pie pero se volvió a sentar. Ambos se miraron, lloraron, ella le hizo un gesto de amor, se llevó su mano cerrada al pecho como indicando que lo llevaba en su corazón y le dijo: “tranquilo, todo va a salir bien”. Ella se veía cansada, molesta con la prensa, no quiso fotos y con voz quebrantada, expresó su indignación por las informaciones que se han publicado en el país sobre su marido.

“Mi esposo es una persona muy trabajadora. Nos vinimos a EE. UU. hace 20 años. Jorge siempre se ha dedicado a hacer el bien”. Contó que tenía unos dos meses de no verlo.

“La última vez que estuve con él fue cuando fuimos a Costa Rica para Navidad”, comentó la mujer de 55 años, quien dijo que hasta este momento, no ha tenido ninguna relación con Minor Vargas.

* Colaboró María Elena Esquivel, periodista tica en EE.UU.