El Cairo, Egipto / AP.- Aunque sin renunciar y negándose a abandonar el país, el presidente egipcio Hosni Mubarak anunció que entregará el poder al vicepresidente Omar Suleiman y ordenó algunas enmiendas constitucionales.
La medida significa que mantendrá su título de presidente y le asegura al régimen el control sobre el proceso de la reforma, lo que incumple las demandas de los manifestantes.
Los opositores al gobierno, reunidos en la Plaza Tahrir, quienes esperaban que Mubarak anunciara su renuncia inmediata, observaron perplejos y en silencio el discurso. Cuando el presidente terminó sus palabras, los manifestantes estallaron en ira, algunos llorando y otros ondeando sus zapatos gritando: ¡Márchate, márchate!
“Veo que es necesario delegar los poderes y autoridad del presidente al vicepresidente, como lo dicta la constitución”, dijo Mubarak, casi al final de su discurso de 15 minutos de duración, transmitido por la televisión estatal. El artículo constitucional al que hizo referencia se emplea para transferir temporalmente los poderes si el presidente no puede realizar sus deberes, pero no implica su renuncia.
Mubarak dijo que las exigencias de los manifestantes son justas y legítimas. Agregó que había solicitado seis enmiendas constitucionales para responder las demandas de los protestantes.
También dijo que retirará las leyes de emergencia, que han sido muy rechazadas por la población, cuando la seguridad del país se lo permita. Suleiman había prometido esto en la semana, pero fue rechazado por los manifestantes.
Mubarak prometió que castigará a las personas detrás de la violencia desatada en las últimas dos semanas.
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