Evelyn Fernández Mora
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Las agresiones físicas, psicológicas o verbales entre estudiantes son una realidad en los centros educativos del país, a la cual se le debe poner atención.

En el 2010, la Oficina de la Niñez y la Adolescencia del Ministerio de Educación Pública recibió 155 denuncias por este tipo de agresión conocido como el “bullying”(hostigamiento escolar). Es decir, 55 más que en el 2009.

“Esta situación se define como toda forma de maltrato psicológico, físico, y/o verbal entre estudiantes, de una manera reiterada y a lo largo de un tiempo, con un objetivo claro de reducir, asustar o amedrentar emocionalmente a las víctimas y lograr un sentido de dominio y poder por parte del victimario”, explicó la directora de la Oficina de la Niñez y Adolescencia, Rocío Solís.

Para Solís, se les debe poner atención, observar y no subestimar las conductas que incluyan juegos bruscos u otro tipo de intimidación entre estudiantes o barras de alumnos.

“El docente no debe creer que en un ratito van a estar otra vez jugando y contentos”, señaló la experta en el tema.

Según Solís, los chicos que son acosadores se pueden etiquetar y tienen un perfil determinado, estudios que se han realizado han demostrado algunas características que se repiten en ellos, como por ejemplo, su falta de empatía y que son insensibles al sufrimiento del otro. Además, suelen eludir la evidencia de los hechos responsabilizando de su accionar acosador a la víctima.

Ahora que inició de nuevo el curso lectivo, estas situaciones se pueden prevenir y la recomendación es que tanto los padres de familia, como los docentes le den la importancia que amerita.

“La prevención debe ir enfocada en factores individuales, familiares, socioculturales y una parte le corresponde a los padres y madres educando de una forma democrática, cargada de afecto, comprensión y con una comunicación abierta”, explicó la directora de Niñez y Adolescencia.