Miguel Calderón Suárez
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La vida ha dado un giro radical, es algo que no esperaban, que llegó de momento, hoy lamentan y sufren en carne propia.

Pasar de estar entre los primeros lugares de la tabla y con un buen salario en el torneo anterior a quedar expulsados del campeonato y con 15 días de no percibir salario en el actual certamen, obligó a muchos a depender de sus seres queridos y en algunos casos, a analizar su retiro obligado del fútbol para irse a trabajar a Estados Unidos.

“Tengo una hija, ella vive por mí y ahorita económicamente estoy mal”, reconoce el defensa mexicanista Roberto Segura.

Afirma que si no le ve una solución a la crisis que atraviesa el club, se irá a tierras norteamericanas a buscar trabajo, aunque su carrera como futbolista se vea repentinamente arruinada.

“Tengo familia allá y grandes amigos en Nueva Jersey. Me dolería dejar el fútbol, pero en esto hay que tener cabeza, si no hay otra opción, no lo pienso dos veces para irme”, agregó Segura.

Para el joven atacante, Josué Mitchell, por su mente han pasado muchas cosas, desde armarse de una fe invisible, hasta dedicarse a otras labores, ajenas a lo que más ama, que es meter goles.

“En el equipo nos dijeron que nos pagaban el martes, pero no fue así. De no ser por mis suegros y mi novia, no sé que hubiera hecho, no sé como hubiera salido adelante”, manifiesta el artillero.

El defensor Jason Scott, agregó que “hemos estado entrenando con ilusión en que esto se resuelva pronto, el plantel está unido, no pierde la esperanza de volver a jugar en Primera División”.

“Tengo 30 años y estas cosas a uno lo desmotivan mucho, he salido adelante gracias a mi esposa, ella es educadora y en este momento es mi mayor respaldo”, finalizó el jugador Luis Venegas.