Hugo Solano
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Isla Calero.- Un campamento en Nicaragua está muy cerca del sitio que las tropas de ese país tuvieron que desalojar a raíz de las medidas cautelares que dictó la Corte de La Haya, mientras policías y médicos costarricenses ya entraron a lugares aledaños en suelo nacional.
Ambos países siguen con celo los acontecimientos en la zona y aunque el ministro de Seguridad, José María Tijerino dice que evitarán toda provocación, tal y como lo solicitó la Corte Internacional, eso no impide instalar puestos de vigilancia cercanos.
Este viernes el doctor Marco Vargas Salas, encargado del centro de avanzada del Ebais de Colorado, indicó que estarán permanentemente en la zona para salvaguardar a la Fuerza Pública en sus labores.
La Corte de la Haya dispuso que Costa Rica tendría la custodia ambiental de la isla.
El Ministerio de Seguridad envió especialistas en detección de explosivos, a efecto de garantizar la integridad de biólogos y demás científicos que lleguen.
Un equipo de zapadores y personal de apoyo está en la región cercana para levantar un campamento y ayudar en funciones del desminado.
El hecho de que no haya hospitales cerca hizo que la Caja del Seguro enviara personal y equipo a Colorado, donde hay salas de “shock” listas por si se requiere atención especializada.
Por su parte, los trabajos de dragado que hace Nicaragua siguen en el río San Juan. Una draga está funcionando dos kilómetros al oeste del lugar desalojado y la otra está sin uso frente al puesto policial de ese país que está diagonal al delta Costa Rica.
Los helicópteros artillados también sobrevuelan la frontera común e incluso el miércoles incursionaron en parte de nuestro espacio aéreo sobre dicho delta.
La vigilancia que realizan lanchas del ejército nicaragüense por el río San Juan persiste aunque en menor escala que cuando se excavaba el canal en la zona de Portillos, isla Calero.
En una recorrido amplio realizado este jueves por el río San Juan vimos pescadores, vecinos y un par de lanchas nicaragüenses con turistas.
Llegamos hasta el canal abierto por Nicaragua y verificamos que la zona está desolada.
Hay ganado pastando y grupos de garzas alrededor. También, partes con alambres a unos cinco metros del suelo por distancias de hasta 500 metros de largo.
Se presume que con ellos se evitaría el aterrizaje de helicópteros ya que de hacerlo se accidentarían al contactarlos.
Según vecinos, al cesar la acción en el caño por orden de la Corte de la Haya, la misma erosión podría cerrarlo.
Cerca hay varias casas deshabitadas, entre ellas, la del hombre de apellido Reyes, primero en denunciar la incursión en Calero por parte de las tropas nicaragüenses.
Paso de droga
Muchos vecinos que prefirieron el anonimato sostienen que por la zona en conflicto se mueven cantidades considerables de cocaína.
La escuela del delta Costa Rica y la de El Jobo no iniciaron el curso lectivo porque no hay educadores que se arriesguen a ir a esa zona. Niños de Caño Pereira y el Jobo van a una escuela de Nicaragua.
Hay casas muy aisladas entre sí en la ribera del río San Juan. Cultivos de maíz, banano, plátano, cocos y frijol, así como la ganadería y la pesca, les permiten subsistir a los vecinos de ese sector de Calero.
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