Juan Diego Villarreal
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Cartago. Su motivación para no fallar en los entrenamientos, durante la práctica de los lanzamientos de penal, es la apuesta de un pan de canela y un jugo.

En los partidos, es la ilusión de no fallarle a sus seguidores y anotar para el Cartaginés, pues cada gol es una alegría para el plantel.

Randall “Chiqui” Brenes suma 12 penales consecutivos sin fallar, en el fútbol costarricense, una racha respetable, en el duelo personal entre el portero y el cobrador, con un arco de 2,20 metros de alto, por 5,50 metros de ancho de por medio entre ambos.

“Chiqui” dice no tener agüizotes, más que la concentración y la confianza en sí mismo, para cobrar los disparos desde el “manchón blanco”, aunque enfatizó que como todo ser humano va a fallar en algún momento.

No los dice

Randall aseguró que como buen ejecutor tiene sus “secretos”, los cuales no va revelar, pues son la única ventaja que tiene sobre los guardametas.

“Simplemente me dedico a lo mío, trato de no caer en los juegos de los porteros. Algunos piden que lance los remates a un lado u otro y esas cosas. En mi caso solo trato de tener seguridad en poder anotar, lo normal”, comentó el delantero brumoso.

“Cada vez que tomo el balón ya tengo elegido el lado donde voy a ejecutar el remate, ya sea el derecho o el izquierdo”.

“No tengo preferencias (o al menos no quiso revelarlo) siempre voy con total determinación de anotar, sé a donde voy a lanzar la falta”.

El artillero brumoso, quien jugó en el Bodo Glimt de Noruega, tanto en la primera como en la segunda categoría, confesó que le emociona lanzar los penales, pues “es una acción que puedes cambiar por gol para tu equipo”.

Para el “Chiqui” todos los porteros son complicados, pues considera que hay muy buenos en el país y pueden detener el remate, pero reiteró que gracias a la confianza y la concentración, ha podido marcar las ejecuciones.

“Sin duda en Costa Rica hay buenos guardametas, pero gracias a Dios hasta el día de hoy he podido anotarles y mi disposición siempre es anotar para el Cartaginés, con esa mentalidad es que me paro frente al balón”.

Brenes confesó que siempre practica con los restantes cuatro compañeros que están encargados de ejecutar la falta, e igual tienen la “famosa” apuesta del pan con canela y el jugo.

“Sinceramente creo que he tenido fortuna, casi siempre he ganado en las apuestas”.

No obstante, Brenes sentenció que la presión siempre existe y más aún, cuando se empieza a decir la cifra de que no ha fallado. “Tirar un penal es una situación difícil, tenés los ojos de los jugadores y afición encima, es una presión, pero siempre intento estar sereno a la hora del remate”.

3

Penales le anotó a Brujas y Puntarenas.

6

Los goles que suma en el campeonato.

3

Goles de penal en el actual certamen.

Lo dijo

“Todos somos seres humanos y sé que en cualquier momento me va a tocar fallar uno de los remates”.

Randall “Chiquí” Brenes, delantero del Cartaginés

Francotirador azul

Concentrado. “Chiqui” aseguró que desde que sabe que le tocará lanzar un penal, está tranquilo y sereno.

Decidido. Toma la pelota y se tiene confianza, en ningún momento duda que puede anotar desde los once metros al rival.

Balón firme. No es de mirar a los guardametas, simplemente dice que hace lo suyo, y visualiza cómo será su disparo.

Ya lo sabe. Cuando toma distancia ya sabe a qué lado va a rematar. Brenes aseguró que no se puede dudar ni cambiar en el camino, por lo que busca estar muy concentrado, con la seguridad de que va a vencer al guardameta contrario, sin importar lo que haga o diga.

¡Allá va! Busca siempre que el pie de apoyo quede firme, para darle la dirección correcta al balón. No hay dudas en ese instante.

Disparo. “Chiqui” Brenes impulsa la pelota con convicción y fortaleza. El atacante brumoso no es de cábalas al ejecutar el disparo.

Sus víctimas