* Karina Picado, psicopedagoga
karinavidasana@gmail.com
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Me di cuenta de que mi esposo es drogadicto y se me vino el mundo encima incluyendo la imagen que tenía de él. Estoy tan dolida que no sé qué hacer, siento que lo odio y lo amo.
Muchas personas tratan de negar o tapar sus adicciones, pues creen que todo va a estar bajo su control y no quieren perder a sus seres amados. De ahí que tratan de disfrazar la situación culpabilizando a otros o dando regalos materiales. Pero la verdad es que una enfermedad mental así cobra cuentas a nivel físico, mental, económico, social y legal. Por tanto, tener una adicción sea la que sea no es negociable dentro de una familia y no se debe tolerar. Le pido que de inmediato busque tratamiento médico para usted y sus hijos así como asesoría legal para negociar la permanencia de su esposo en la casa a cambio de que se interne de inmediato en un centro de rehabilitación. No deje de lado también, la guía espiritual.
Trata al gato como un ser humano
El gato de mi pareja, me da asco. La casa huele muy mal y para peores él lo trata como si fuera un ser humano y hasta duerme con nosotros. No quiero herirlo, pero ya no aguanto.
Usted no está obligada a amar a la mascota de su amado. Si le produce reacciones fisiológicas quiere decir que hasta podría estar sintiendo cierta fobia o intolerancia química hacia el gato lo que genera además del malestar físico y emocional al tener que lidiar con él. Explique a su novio que no es nada personal contra el felino, pero que sí está afectando su salud. Trate de llegar a un acuerdo.
* Los contenidos de esta sección son responsabilidad de Karina Picado. Envíe sus consultas al apartado 318-2150. Telefax (506) 2245-4143
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