Evelyn Fernández Mora
evelyn.fernandez@aldia.co.cr
Punta Uvita.- Una cálida brisa llega frente al mar azul y se confunde con el cielo despejado a las 8:30 a.m. en Punta Uvita, donde inicia el Parque Nacional Marino Ballena.
La tranquilidad predomina en la extensa playa durante la marea baja, con un sol radiante que marca el este.
“Los congos, los monos carablanca, los tucanes, las lapas y otros pájaros, aparecen mucho en esta parte terrestre, que es de 110 hectáreas”, dice en la casetilla el guardaparques Agustín Guerra.
Solo la madre naturaleza puede ofrecer la exuberante belleza que también contienen las 5.375 hectáreas marinas y que decenas de turistas buscan recorrer mar adentro en diversos “tours” a primera del día.
Aunque el tómbolo (formación rocosa con figura de cola de ballena) se modificó tras el tsunami en Japón, aún así capta las miradas de quienes abordamos el bote.
“A esa isla ya no se puede llegar caminando porque desapareció parte del tómbolo”, explica el capitán de Dolphins tour, Rónald Monge, conforme acelera la lancha hacia el norte.
Birgit Tilch, una alemana a bordo, pide una explicación de lo que pasó en lo que se conoce como el “Paso de Moisés”, tema que andaba de boca en boca ese jueves.
A seis kilómetros de la costa, un grupo de atunes negros en el agua llama la atención.
“Aquello que brincó fue una raya águila”, señaló el guía turístico Héiner Sequeira.
Minutos después, a casi 16 kilómetros de la playa, saltó un delfín manchado. Luego comenzaron a acercarse más y a nadar al ritmo de la lancha, llamando la atención con sus malabares.
Varios piqueros morenos volaban en círculo y picaban sobre el mar, ya que al igual que los delfines, estaban pescando.
Media hora después llegamos a isla Ballena, llamada así porque tiene una figura similar a la de un cetáceo. Allí otras embarcaciones turísticas también apagaron sus motores mientras varios turistas se lanzaron a nadar o a hacer esnórquel con marea calma.
Al sur del límite de playa Piñuelas, donde finaliza el área del Parque Nacional, están las cavernas Ventanas, una isla rocosa con gran vegetación encima donde se posan decenas de pelícanos.
“Vamos a pasar por debajo de una carverna, porque estamos en marea alta y el agua tapa el paso por otras ventanas”, explica Monge al ser las 12:30 p.m.
Atravesando una ventana se dura menos de un minuto, pero es impresionante.
Las majestuosas ballenas jorobadas ya comenzaron a emigrar de la costa nacional hacia el norte para alimentarse y aunque según los guías, un día antes se lograron apreciar desde el bote, esta vez ni su vapor de agua se asomó.
De regreso a Punta Uvita, a eso de la 1:30 p.m., la travesía marítima aún no termina, porque aparecen tortugas en Punta Carey.
Y aunque algunos lamentaban que el tómbolo estuviese dividido, el espectacular atardecer que horas más tarde se apreciaba desde su punto de inicio en la playa, compensó para muchos el cambio, que para los expertos, puede ser reversible en poco tiempo.
Visítelo
Punta Uvita pertenece al distrito de Bahía Ballena de Osa, que se ubica a 18 kilómetros de Quepos.
El servicio de buses de San José a Uvita se da desde la parada de la Coca Cola.
Los vecinos y empresarios del lugar promueven un equilibrio entre la belleza natural y el desarrollo de sus actividades.
El avistamiento de ballenas y delfines es un gran atractivo en la zona.
Los “tours” por cuatro horas, se hacen todos los días, con un valor de $65 por persona para un mínimo de dos por viajes. Para más información puede llamar al 2743-8013
© 2011. Periódico Al Día. El contenido de aldia.cr no puede ser reproducido, transmitido ni distribuido total o parcialmente sin la autorización previa y por escrito del Periódico Al Día. Si usted necesita mayor información o brindar recomendaciones, escriba a webmaster@aldia.co.cr.