Deportes
Domingo 15 de mayo de 2011, San José, Costa Rica
Pasión por el deporte

No hubo festejo en Ciudad Quesada

Se quedaron con las ganas

Hermes Solano

hermes.solano@aldia.co.cr

San Carlos. - Quisieron montar una fiesta. El parque de Ciudad Quesada fue su punto de reunión. Poco a poco, fueron llegando al punto de encuentro. Sus camisas rojas y banderas norteñas dejaban entrever que la esperanza estaba latente y la fe estaba puesta en lograr la remontada.

Aparecieron hasta las vuvuzelas y el ambiente era inmejorable, para vivir noventa minutos de tensión. Salió el equipo a la cancha y desde acá empezaron a apoyar a sus “Toros del Norte”, esperando que toda la buena vibra la recibieran los futbolistas.

Iniciado el juego, comenzaron a desaparecer las uñas y celebraron los fallos de Mc Donald. San Carlos lo hacía bien en el Morera Soto y aquí en Ciudad Quesada la esperanza no moría.

Apareció el “uy” en las gargantas norteñas, tras la primera opción de Álvaro Sánchez que pasó cerca del poste. Caras positivas que creían en su equipo, tras el buen primer tiempo del partido, que los dejó con 45 minutos más de vida, para creer en la posibilidad del título.

Los pocos manudos, que se hicieron presentes, se notaban tensos y preocupados. Era un ambiente de final.

Con el inicio del segundo tiempo, en Ciudad Quesada el ambiente no variaba. Se palpaba el positivismo que aún tenía la afición.

Empujaban a su equipo desde el parque, lo mandaban al frente, animándolo a ir por más, en busca del gol que empatara la serie.

Los aplausos y los gritos, se hicieron presentes con más insistencia, los minutos transcurrían y nadie se movía de su sitio.

Duro golpe

El cero a cero se hacía gigante y los norteños soñaban con repetir la hazaña del Ricardo Saprissa, pero recibieron un duro golpe.

El gol de Kevin Sancho al minuto 80’, apagó la ilusión. Los rostros de positivismo pasaron a ser caras largas y los últimos diez minutos fueron muy sufridos.

Se agarraban la cabeza, las lágrimas rodaban por algunos rostros, el desánimo era total, pero la historia ya estaba escrita.

Tras el gol, solo algunos aficionados se fueron, la mayoría espero el pitazo final.

Acabado el juego y mientras los jugadores manudos celebraban en el Morera Soto, en Ciudad Quesada las calles se comenzaron a vaciar.

Toda esta afición desilusionada, comenzó su regreso a casa cabizbajos.

Otra vez quedaron a las puertas de un campeonato, pero orgullosos de lo que hizo su equipo a lo largo del torneo.

No hubo fiesta en Ciudad Quesada, cada uno de los aficionados decidió retirarse con la esperanza de volver a una final.

Colaboró: Paulo Rodríguez.