La modelo Patsy Molina no puede contener las lágrimas. Hacerse una “lipo” e inyectarse la grasa en sus nalgas la mandó al hospital y casi le cuesta la vida.
La joven herediana salió el miércoles de la Unidad de Quemados del San Juan de Dios, luego de estar 10 días internada.
Ella se sometió a la cirugía a principios de octubre en una clínica privada, ubicada en un centro comercial y al parecer no reunía las condiciones adecuadas.
“A los cinco días me empecé a sentir mal, tuve fiebre, me dolía mucho la pierna y no podía caminar. Se me hizo una infección y se me extendió hasta la espalda”, contó la joven muy afectada emocionalmente.
La herediana quedó tan traumatizada que incluso aseguró que está pensando retirarse del mundo del modelaje.
“Me arrepiento con toda mi alma. A mí me dicen que yo no lo necesitaba, pero por esa obsesión mía por la belleza me pasó eso. La verdad a uno lo tienen que querer como es. Nadie me tiene”, confesó la chica de 20 años.
Según los médicos que la atendieron ella estuvo a punto de morir. “Por dicha no me operaron, pero los doctores le dijeron a mis papás que debían de hacer una incisión desde mi espalda hasta la nalga, que me alejaría del modelaje para siempre”, aseguró.
“Los antibióticos y el drenaje de la infección dieron buenos resultados gracias a Dios, estoy viva de milagro”, añadió.
Lo que le pasó a Patsy parece ser un problema que seguirá ocurriendo mientras queden mujeres jóvenes y desesperadas en busca de una transformación rápida y barata de sus caras y cuerpos.
“El problema no es la cirugía, que se viene haciendo desde hace 24 años. Yo la hago desde hace 18. Aquí la cuestión es que se realiza en centros comerciales y en consultorios que no cuentan con un quirófano, donde las normas de asepsia no existen”, manifestó el Dr. Giovanni Montoya Mora, médico cirujano, expresidente del Colegio de Cirujanos.
Montoya señaló que es increíble la gran cantidad de lugares no adecuados que están practicando estas operaciones.
Muy común
Aparentemente entre algunas de las modelos ticas esta práctica es muy usada, pero curiosamente ninguna quiere aceptar que se la practicó.
Una que sí lo acepta, es María Quirós, quien se lo hizo hace cinco años.
“Me rellené las nalgas por buscar la perfección, aunque yo las tenía bonitas, las quería redondas”, recordó.
Comentó que ella estuvo seis meses buscando a la mejor cirujana, una vez que la encontró se hizo un paquete que le costó $7 mil (¢3.6 millones).
“Me redujeron el busto, me hice ‘lipo’ y de paso aumento de glúteos. Yo estuve despierta, porque quería ver todo. Hacen la liposucción y lo que sacan lo ponen en una tacita y solo escogen la grasa nunca el líquido”, contó.
Luego de varias horas, ella se fue a su casa y le hicieron las siguientes recomendaciones: No hacer spinning, no correr, no caminar, no tomar pastillas que sequen grasa y no usar por seis meses pantalones tallados.
Lamentablemente se le complicó la operación, porque no se cuidó como debía.
“El cuerpo no aceptó bien la grasa y se me hizo una infección que me comenzó en la nalga y me bajó a las piernas”, recordó.
Quirós debió de comprar antibióticos y ponerse una inyección todos los días.
“Tuve que gastar $1.700 (¢884 mil aproximadamente) en medicinas”, aseguró.
Otros tratamientos
Lo que se hacen muchas modelos es que se inyectan ácido hialuronico, que da la sensación de aumento. Esto fue lo que se practicó Keylin Castro.
“Lo hacen muchas compañeras, pero pocas lo aceptan”, contó la joven.
Aseguró que su doctora es cirujano plástico y que ella se asesoró muy bien antes.
“No quise implantes, porque llevan más riesgo, además se ven poco naturales”.
Nadya Quesada se hizo el mismo mismo procedimiento.
“Lo elegí porque es el método menos invasivo. Ahora mas bien me lo quiero quitar, pero el extraerlo es sumamente doloroso”, explicó la rubia.