Deportes
Martes 3 de abril de 2012, Costa Rica
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El técnico volvió anteayer en Limón al banquillo de los norteños luego de su convalencia por el infarto

Marvin Solano sereno y feliz con el triunfo de San Carlos

Rodolfo Martín

rmartin@aldia.co.cr

No alterarse, protegerse del sol y, contrarrestar la fuerte humedad que había en el estadio Juan Gobán, fueron –básicamente– las medidas que anteayer tomó Marvin Solano en su regreso al banco del equipo de San Carlos tras el infarto del 29 enero.

“A lo largo del juego me sentí sereno y, al final del partido muy contento por el triunfo”, dijo ayer antes de salir a Ciudad Quesada.

El visto bueno para volver al banquillo la había recibido el viernes cuando el Dr. Jorge Arauz, cardiólogo del hospital San Juan de Dios, le dijo: “trabaje con mucha confianza y déle duro”, después de revisar varios exámenes que le había pedido con antelación.

El estado físico en que lo encontró fue tan bueno, que le bajó las dosis de varias medicinas.

A la hora de enfrentar el juego, prefirió estar lo más sereno posible y por eso le solicitó a Alfredo Morales, su asistente, que fuera él quien emitiera las directrices a los jugadores.-

Al mismo tiempo, se protegía del fuerte sol que caía sobre el estadio Juan Gobán.

La alta temperatura la enfrentó con hidratación antes y durante el partido.

Reunión en Guápiles

Solano, se encontró con su equipo el domingo a las 9 a.m. en un hotel en Guápiles, donde el plantel pasó a desayunar.

El técnico había salido de San José con Eduardo Salas, quien atiende la parte mental del jugador. El equipo, había partido de Ciudad Quesada, a las 7 a.m.

“El recibimiento fue muy cálido de parte de todos. Aproveché para decirle a uno de mis asistentes (Morales) y al gerente deportivo Diego Díaz que asumiría la dirección técnica del plantel”.

Al parecer, estimó importante “retomar la batuta” porque el cuadro llegaba bajo condiciones especiales, como dos días sin entrenar debido a un paro por atrasos en el pago de salarios.

“Yo creí, pese al buen trabajo que venía haciendo mi asistente, que era un buen momento para decirles a los muchachos ¡aquí estoy!”, manifestó Solano minutos después de haber salido ayer de un centro comercial.

Las dos opciones

La conversación con los jugadores, en una pequeña sala, estuvo dirigida al posible resultado con el cual podían regresar a San Carlos.

“En caso de perder, teníamos la excusa perfecta: el trastorno de no haber entrenador los dos últimos días por la demora salarial. Esa era la salida más fácil y mediocre”, aclaró.

La segunda y, para eso me puse como ejemplo –agregó– el hecho de que Dios me había dado un segundo chance y mi decisión de seguir luchando.

“A los jugadores les pregunté cuál escogían para saber si me iba para las gradas del estadio o regresaba al banquillo”.

Morales, añadió, se hizo cargo de repasar lo referente a la táctica fija, mientras que él atendería lo táctico.

El viaje entre Guápiles y Limón lo disfrutó mucho porque iba en el bus compartiendo con los jugadores.

Solano, se mostró agradecido por el recibimiento que tuvo en el estadio Juan Gobán.

Ahora dispone de dos semanas libres para preparar a su equipo de la manera más idónea hasta el próximo encuentro.

Este rival es Pérez Zeledón. San Carlos llegará a este encuentro con la nómina completa.