Es un hecho conocido que algunos deportistas se encuentran entre las personas más ricas del mundo.
Gastar el dinero en lujos es parte de la vida de un atleta de élite. Enormes mansiones, jets privados, yates, carros únicos, joyas caras, son sólo algunos de los bienes en los que invierten el dinero estrellas del deporte mundial.
Sin embargo, los años de actividad son limitados y el dinero y la fama se empiezan a acabar con el paso del tiempo. Es por eso que muchos astros del baloncesto, fútbol, boxeo o béisbol, pasan de tener una fortuna a declararse en la triste bancarrota.
El último caso sonado, lo protagonizó la exestrella de los Chicago Bulls, Dennis Rodman, quien admitió estar “arruinado” y “extremadamente enfermo”, acabado después de una brillante carrera como profesional de la NBA.
Atrás han quedaron sus años de gloria con los Bulls, donde se unió a Michael Jordan y a Scottie Pippen para llevarse tres de los cinco anillos de campeón que tiene en su historial.
Ahora sus problemas pasan por la alimentación de sus hijos y su exmujer, a la que le debe tanto dinero que podría ir a prisión.
La amenaza son 20 días de cárcel por una factura que el pasado 1 de marzo ascendía a $808.935 (unos ¢408 millones)
en concepto de sustento de sus hijos de 9 y 10 años, fruto del matrimonio con su tercera compañera, Michelle Rodman.
Su droga en la cancha no fueron los puntos sino los rebotes.
En los 14 años en la NBA, el “Gusano” logró el más alto promedio de rebotes desde que se implantó en 1973 el cálculo moderno, con 13,1 por partido durante toda su carrera.
En esa categoría encabezó la liga norteamericana siete veces consecutivas y fue elegido en dos ocasiones el mejor jugador defensivo en 1990 y 1991.
Aparte de sus hazañas sobre el campo de basket, Rodman también causó sensación por su comportamiento fuera de ella.
Salió con Madonna y su segundo matrimonio, con Carmen Electra (actriz de la serie televisiva Baywatch), duró sólo medio año. En sus tiempos locos en Chicago, Rodman se gastó en una sola noche 80.000 dólares (¢40 millones) en un Night Club.
Así, el exjugador, famoso por su entrega en los partidos, por sus piercings y por sus tatuajes, es ahora una sombra de su pasado. Como él, Al Día le presenta a otros deportistas que pasaron de millonarios a la bancarrota.
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