El “tube” son las venas de Londres

Antonio Alfaro

analfaro@aldia.co.cr

Vi mi primer ratón en el metro de Londres y eso no sería nada de no ser porque hace días que lo andaba buscando.

Si el “subway” en Nueva York está lleno de escondidas ratas que por las noches salen, porqué no en Londres, con el metro más antiguo del mundo (1863).

Los londinenses le llaman “tube” (tubo), aunque oficialmente es el “Underground” ¡¿Qué más querría una rata que un tubo?! Unos cuantos desperdicios de comida y aquello sería un Buckigham para roedores, aunque ahora que lo pienso, las líneas del “tube” suelen lucir limpias y sin malos olores.

Tan solo superado en kilometraje por el de Shangai (según la “sabelotodo” Wikipedia), lo lleva a uno a cualquier rincón de Londres. “Es una maravilla” -nos dice un argentino, circunstancial compañero de espera en una estación-. ¿Y en Argentina no hay metro? “Sí, pero no sirve como casi todo lo de Argentina”. ¡Yo qué sé!

El de Londres sí sirve. Ayer nos llevó de ida y vuelta al aeropuerto de Heathrow, un recorrido de 80 kilómetros con salida y regreso en el Parque Olímpico, que en bus habría sido eterno atravesando la ciudad en hora pico. De camino, se asoman las últimas noticias en la portada del London Evening Standard, un diario vespertino, que va en manos de más de un viajero. ¡Al fin Gran Bretaña ganó su primer oro! (en canotaje), nos revelaba el periódico.

Los británicos clamaban por una presea dorada y desde la mañana otro diario le apostaba a Wiggins (que a la postre también ganaría). El diario The Sun incluso había publicado en su portada la cara del ciclista y un par de patillas largas y coloradas como las de Wiggins, para recortar y pegárselas en apoyo. De su triunfo también me enteré en el metro, de verdad una maravilla, aunque en él viva un ratón.

Era pequeñito, gris, agraciado. Juraría que el muy inglés estaba limpio, con sobrero de copa, guantes blancos y dos patillas coloradas pegadas en sus mejillas.