Deportes
Miércoles 8 de agosto de 2012, Costa Rica
Pasión por el deporte

El británico cambió el bisturí para meterse de lleno en el triatlón

La figura: Alistair Brownlee

Londres / EFE. - Alistair Brownlee, ahora campeón olímpico de triatlón, optó por este deporte, con posibilidades de destacar a causa de su escasa difusión, y convencido, al igual que su hermano Jonathan, por su tío Simon.

Estos triatletas de Yorkshire, separados en edad por dos años, fueron premiados por estar metidos de lleno en la disciplina. Entrenamiento de entre 30 y 35 horas a la semana: cinco de los siete días natación, montar en bicicleta en seis o siete ocasiones y correr a diario.

Con la medalla colgada al cuello y el himno británico por sonar, el mayor de los Brownlee ya no se arrepiente de haber dejado de lado la carrera de medicina que empezó en Cambridge. Fue su primera gran decisión. Para entonces ya había destacado en este deporte y los agentes y las firmas deportivas habían empezado a llamar a su puerta.

Este campeón olímpico de un deporte “para chiflados”, como él mismo reconoció en alguna de sus entrevistas, presume de un currículo más que reputado, al que ha terminado de lustrar: tres veces campeón del mundo, una como júnior en 2006, otra Sub 23 en 2008 y la definitiva, en Gold Coast, Australia, donde fue vencedor en categoría absoluto en Queensland en 2009.

En Pekín 2008 participó de manera más o menos experimental, ya que acabó duodécimo.

En Hyde Park, fue lo contrario: a ganar. Con la presión de favorito y ya a tono total después de un inicio condicionado por las molestias físicas. Impuso el ritmo y no falló. Dio la razón a los pronósticos y el oro fue suyo.