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Martes 28 de febrero de 2012, Costa Rica
Pasión por el deporte

San Carlos contrató bus para que barra liguista dejara Ciudad Quesada

Pagaron por sacar a ‘La Doce’

Kenneth Hernández Cerdas

kenneth.hernandez@aldia.co.cr

¿Imagina usted a un equipo local contratando un autobús para sacar a la barra visitante lo más pronto posible del pueblo?

Esa particular situación ocurrió anteayer en San Carlos.

Al menos 40 miembros de la barra liguista, “La Doce”, se quedaron varados en Ciudad Quesada porque la buseta que los recogería después del partido los dejó “tirados”.

Debido a la amenaza que significaba tenerlos en la zona, donde hay antecedentes de robos y asaltos, la dirigencia alquiló un bus en ¢100.000 que los llevó hasta el sector de Naranjo.

“La mayoría venía sin dinero y no tenía cómo irse. Lo hicimos porque si esa barra se quedaba aquí (Ciudad Quesada) sin plata posiblemente, habrían hecho desmanes para conseguir los medios para regresar. Nos exponíamos a que cometieran asaltos a locales y lo mejor era prevenir”, explicó a Al Día, Enrique Rojas, gerente de los Toros del Norte.

Para Rojas, cubrir el transporte “Fue casi como devolverles la plata de las entradas pagándoles el bus, pero sobre todo era un compromiso con la comunidad”, dijo.

Los seguidores liguistas abandonaron suelo norteño dos horas después de finalizado el juego.

El gerente detalló que a raíz del temor que han sembrado las barras bravas cuando visitan San Carlos, los pobladores tomaron medidas de prevención.

Por los alrededores del estadio hubo comercios cerrados, la gente no dejó sus casas solas y guardaron los vehículos en otros lugares para evitar daños mayores.

Hasta policías en el bus

Por su parte, Eduardo Chamorro, comandante de la Fuerza Pública de la región, explicó que para garantizar la seguridad en el traslado, seis policías acompañaron a los fanáticos dentro del bus, además de la custodia de dos motorizados y una patrulla en carretera. A diferencia de otras ocasiones en las que se registraron actos de vandalismo, el domingo, la Fuerza Pública no reportó incidentes.

“Sabíamos que si a esa gente la dejábamos sola se iría al centro a causar desórdenes. Los mantuvimos vigilados hasta que se fueran todos”, concluyó.