La Sabana. - La locura se desató en medio de tapas españolas, cerveza, vino y mucha paella.
Ayer, tanto en la Casa España como en el restaurante de comida auténtica ibérica “La Nueva Masía”, ambos ubicados en La Sabana, la alegría y los gritos de gol se tiñeron de rojo y amarillo.
La euforia y celebración invadió desde muy temprano a la colonia española residente en Costa Rica. Porque cuando apenas la paella se terminaba de cocinar y los aficionados se empezaban a poner cómodos, apareció el cabezazo de David Silva a los 14 minutos para dar el primer golpe.
“¡Campeones! ¡Campeones!”, ya gritaban un grupo de bellas seguidoras a la “Roja”, que lucieron más convencidas con la segunda anotación del ahora catalán Jordi Alba a los 41 minutos de juego.
“¡Joder tío! ¡Somos los mejores!”, me decía Máximo Despián, uno de los socios del restaurante “La Nueva Masía” y quien acumula nueve años de estar en Tiquicia. Máximo se siente un tico más, pero su sangre española lo puso a gritar y saltar con la llegada del tercer gol de Fernando Torres. Era el tanto de la tranquilidad para todos los presentes, a quienes les costaba creer que su Selección goleaba con facilidad a la sorpresa de la Euro, Italia.
Y es que pedirle cinco goles a un equipo en una final de Eurocopa suena descabellado si tomamos en cuenta que el rival venía de hincar a alemanes.
Sin embargo, con la aparición de la cuarta diana del jugador del Chelsea, Juan Mata al 88’, en la casa española en nuestro país muchos corearon: “¡Queremos la manita! ¡Queremos la manita!”, en espera de un escandoloso 5 a 0, que estuvo a punto de llegar en el tiempo de reposición.
Al final, la paella supo a gloria y algarabía, el vino tuvo sabor a felicidad y la cerveza a fiesta.
Los españoles dieron las gracias, no solo por la rica comida sino también agradecieron a sus jugadores, que ayer se degustaron con buen fútbol y espectáculo.
