Opinión

JulioRodríguez

Periodista

Bueno, el futbol español volvió a escribir una página dorada en la historia del deporte

mundial. Dos copas europeas y un campeonato mundial seguidos, exhibiendo una calidad balompédica sin parangón, son propios de futbolistas casi invencibles. Llegará

un día en que el destino pondrá fin a estos triunfos, pero lo hecho, hasta ahora, merece

todos los honores.

El presidente del Gobieno español dijo anteayer, al recibir a los jugadores en Madrid: “La selección española nos ha hecho felices”. En efecto, así es. Les ha demostrado a los españoles que son capaces de alcanzar altas cumbres y, más importante aún, les ha proporcionado alegría a todos por igual. El futbol se puede convertir así en un instrumento democrático y de igualdad sobre todo para aquellos que no tienen oportunidad de salir del anonimato. Lo proclamó con potencia espiritual aquel aficionado que viajó en silla de ruedas, el domingo en la tarde, de Barcelona a Madrid para participar del gozo colectivo. Muchas lecciones podríamos espigar en esta Eurocopa. Se me vienen a la mente tres. Primera, la de un trabajador español que, al ingresar los futbolistas al hotel, en Madrid, con su director técnico al frente, ayer lunes, dijo: “Me gustan mucho porque son normales, humildes”. ¡Qué lección para tantos pedantes! Segunda, la selección española no solo maravilló con su futbol exquisito, sino que demostró algo que parecía imposible. El futbol se había jugado por décadas y décadas, pero no había innovación.

España ha innovado y debe seguir innovando. Tercera: Lo dijo Cruyff: “El futbol del Barcelona y el de la selección , ahora, obedecen a una labor previa de dos años en Cataluña. Una labor de formación ética y técnica”. Aprendamos. Tenemos materia prima.