Deportes
Martes 10 de julio de 2012, Costa Rica
Pasión por el deporte

Bryan Ruiz, su vida personal y el balompié

“Viajo en clase económica”

Kenneth Hernández Cerdas

kenneth.hernandez@aldia.co.cr

Acostumbrado a volar alto, Bryan Ruiz González tiene una máxima en su vida: no despegar los pies del suelo.

Todo y pese a que es el capitán de las selección, juega en un club inglés, tiene su futuro económico asegurado y hasta una línea de ropa con su nombre.

Una “contradicción” lógica si se toma en cuenta la esencia de un hombre criado en una cuna humilde en el distrito josefino de San Felipe de Alajuelita.

Antes de emprender su regreso a Inglaterra, el jugador del Fulham habló con Al Día para repasar diferentes tópicos de su vida personal.

A pocos días de cumplir 27 años (lo hará el 18 de agosto), ya no recuerda lo que es viajar en un autobús público y no lo dice de manera presuntuosa.

“Sinceramente no recuerdo cuando fue la última vez que anduve en bus”, declaró.

La charla ratifica lo que es, un tipo al que la fama sí le cambió la vida, pero no le quitó el principio de la sencillez inculcado por sus familiares más cercanos desde que era un niño.

Ahí cumplieron un papel fundamental su madre Rosa González y su abuelo Rubén del mismo apellido, quienes le forjaron una personalidad distinta.

“Me siento una persona normal, aunque yo sé dentro de mí que la gente me ve diferente. Aún así, estoy convencido de que no tengo por qué cambiar mi forma de ser”, dijo de entrada. Recalcó que ni por asomo se siente más que los demás.

Como referente y figura del fútbol costarricense, Ruiz reconoce que no pasa inadvertido cuando realiza tareas de una persona “normal”.

Salir a comer, caminar e ir al cine ya no son actividades privadas como solían ser antes de que su carrera explotara.

“¿Que si puedo andar tranquilo en la calle? Sí, por lo general salgo con mi familia y amigos. A mí no me importa dar un autógrafo o tomarme una foto, saco el tiempo para eso. A veces la gente no entiende que uno está comiendo, pero siempre atiendo lo que me piden, no me molesta”.

Bryan recordó que mientras estuvo de vacaciones en nuestro país aprovechó para ir al cine. Sin embargo, sólo el tiempo que duró la película pasó inadvertido.

Un detalle simple que ratifica que su popularidad ya rebasó los límites comunes.

“Así me pasa siempre, afuera de la sala la gente quiere fotos, ya una vez adentro sí puedo ver la película con calma”, contó a modo de anécdota.

Viaja en económica

Pese a que el dinero no le genera el mínimo dolor de cabeza (el año pasado lo ficharon por $17,2 millones), el jugador asegura que no es muy “gastón”.

“Allá (Inglaterra) sólo gasto en comida, en ropa no tanto. Prefiero ahorrar”, indicó.

Al Día le preguntó cuánto cuesta un kilo de arroz en Londres y entre risas respondió “la verdad, no sé, es que lo compro en caja y no me fijo en el precio”. El volante recalcó que “el costo de la vida en Inglaterra es muy elevado, pues la libra esterlina es una de las monedas más caras del mundo”.

Cuando le toca trasladarse al Viejo Continente -como lo hizo ayer- en extenuantes vuelos de más de once horas, Ruiz asegura que lo hace como la mayor parte de los viajeros.

“Yo viajo en clase económica, siempre lo he hecho. Voy con toda la gente atrás, eso no es problema. En mi equipo sí nos acomodan en primera clase, pero cuando voy solo es diferente”.

Como buen tico, dijo que en su equipaje nunca faltan “la salsa Lizano, galletas y algunos condimentos”.

Tan arraigados tiene sus cimientos, que no ha sacado a su familia del barrio donde pasó buena parte de su vida.

“Todavía vivimos en Alajuelita”, señaló con orgullo.

Y agregó que le invirtió al que es su hogar de siempre en el barrio sureño: “Hemos mejorado algunas cositas, pero inclusive seguimos viviendo en la misma casa, no la cambiamos”.

Las razones que tiene son valoradas por él como muy fuertes y nada relacionadas con lo que el dinero ofrece.

“Ahí viven mis abuelos, tengo a mis amigos, a mi familia, como dice la canción, “Alajuelita es mi cantón” y es donde me siento más cómodo. Ni en Londres es igual”, concluyó.