Deportes
Lunes 11 de junio de 2012, Costa Rica
Pasión por el deporte

En la eliminatoria no hay partidos de amigos

¡Hay que ser más vivos!

Esteban Valverde

esteban.valverde@aldia.co.cr

El juego que vino a realizar la Selección de El Salvador al Estadio Nacional demuestra que la “Sele” deberá de acostumbrarse al juego fuerte, y sobre todo el empleo de la malicia por parte de los rivales para ganar puntos en la eliminatoria.

Los nacionales fueron víctimas de constantes actos que cuestionan el juego limpio, pero que al fin y al cabo no son castigados y además de que cumplen un objetivo durante el encuentro, desconcentrar y frustrar al rival.

Faltando seis minutos para que terminara el partido los suplentes de El Salvador se enfrascaron en una polémica con el arquero Keylor Navas, cuando empezaron a tirar los balones con los que no se jugaban al terreno.

“Balón que salía, balón que tiraban dentro de la cancha, para perder tiempo; eso no se debe hacer, si quieren ganar o empatar hay que hacerlo jugando, no así”, sentenció Navas al respecto.

Para Celso Borges lo sucedido es una piedra en el zapato que siempre ha tenido Costa Rica en el camino eliminatorio, por lo que solo queda más que acostumbrarse a tratar de sobresalir contra todo. “No es solo lo que hace El Salvador, también estuvo lo del árbitro, tenemos un gol que nos anula, pero en fin... hay que jugar contra eso, si vienen a hacer ese “juego sucio”, qué vamos a hacer, solo tratar de superar todos esos obstáculo”, manifestó.

El juvenil, Joel Campbell apoyó lo dicho por Borges, y añadió que la “Sele” no debe esperar este tipo de encuentros solo de selecciones centroamericanas, si no de cualquiera de la zona.

“Esta es una eliminatoria, si la gente o ustedes piensan que van a ser partidos fáciles, están equivocados. Todos los partidos serán así, es claro que hubo cosas que a ojo de todo el mundo pasaron y nadie hizo nada, pero es parte de esto”, señaló.

Así la maña juega un papel cuando se trata de buscar puntos de cara al Mundial, y quedó claro que más allá del toque balón, en ocasiones ensuciar el nombre del balompié, deja réditos.