En una pura risa, pero de la nervia, así vimos al exportero Erick Lonis, quien se animó a probar la “silla caliente” en el último programa de “¿Quién Quiere Ser Millonario?”. “Fue muy vacilón y sí, estaba nervioso. Me dijeron que eran preguntas relacionadas con lo que hace uno, pero me lanzaron unas que me dejaron feo”, dijo el turrialbeño.
Apenas terminó su participación en la televisión, sus amigos comenzaron a llamarlo para vacilarlo por sus respuestas que divirtieron al público. La audiencia del espacio llegó a los 36 puntos porcentuales en hogares, según datos de Ipsus.
“Ignacio Santos tiene un muy buen manejo del programa y sabe cómo ponerlo a uno en situaciones incómodas y otras divertidas”, añadió.
Los ¢7, 5 millones que se llevó los donará a la escuela de Cabuyal de Poás.
Además, bromeó porque su colega José Francisco Porras fue más vivo, pues evadió ser el primero en ir a la “silla caliente”.
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