Una multitud se agrupó a un lado de la calzada, en medio de La Sabana. Una calavera había sacado su guitarra e interpretaba varias canciones de AD/DC.
Parecía tener vida propia, sus movimientos causaban risas y asombro entre el gentío. Alexander Castiglioni, un uruguayo que llegó a Costa Rica hace seis años se robaba el “show”.
Todo un arte
“Fui a la escuela de títeres de San Martín, en Argentina, única en su clase”, contó Castiglioni, mientras su muñeco nos miraba desafiante.
Su talento lo ha llevado por todo el mundo y precisamente llegó a nuestro país invitado por el FIA y nunca más se quiso ir.
“Tengo más de 10 títeres y 22 obras de teatro”, precisó.