Cuando el gobierno actual está por llegar a la primera mitad del período, los ocho obispos del país consideran que la capacidad de gestión del Estado está erosionada.
En su carta pastoral “Hacia una Costa Rica más solidaria”, los obispos critican el entrabamiento legislativo, las manifestaciones de desconfianza en algunos estratos del Poder Judicial y el predominio del mismo partido al frente de los gobierno municipales.
“Estos síntomas de erosión incrementan la vulnerabilidad de la democracia”, sostienen.
En cuanto a la crisis fiscal, indican que les parece insuficiente considerar como única vía una reforma que incremente los impuestos con carácter regresivo. “Afectaría particularmente a los menos favorecidos”, indicaron.
Lamentaron que en lugar de disminuir, la pobreza aumenta. Un 21,3 por ciento de los hogares son pobres y un 13,4 está en condición vulnerable.
Gobierno admite ingobernabilidad
El ministro de Comunicación, Francisco Chacón, dijo que las instituciones no responden a la sociedad de la manera esperada. Es necesaria una discusión profunda de cómo reformar las instituciones para que respondan adecuadamente y que se pueda ejercer sobre ellas y sobre sus jerarcas un mayor control, agregó.
Sobre el plan fiscal, dijo que además de los impuestos coinciden en que debe acompañarse de una mejor recaudación e invertir más en educación.
“Para poder tener una mejor educación, urgen más recursos”.
Sobre el hecho de que los ricos recibieran en el 2010 casi un 10% más en sus ingresos que los más pobres, el ministro dijo que no todos los ciudadanos tienen la educación para aspirar a mejores trabajos. El vocero de los obispos, Ángel San Casimiro, insistió en que al gobierno le falta diálogo.
