Internacionales
Martes 1 de mayo de 2012, Costa Rica

Marchas y protestas sobresalen

Latinoamérica celebra Día del Trabajo con actos e incidentes

AP / 6 p.m.- Con coloridas marchas pero también fuertes protestas que desataron algunos incidentes, miles de latinoamericanos conmemoraron el martes el Día del Trabajo al tiempo que redoblaron sus demandas de mejoras laborales.

SAN JOSÉ, 1 Mayo 2012 (AFP) - Miles de trabajadores marcharon este martes en Centroamérica para demandar empleos y salarios dignos, castigo contra la corrupción y menores cargas tributarias, durante las celebraciones del Día Internacional del Trabajo.

Desde Guatemala hasta Costa Rica, las calles de las capitales centroamericanas fueron escenario de las tradicionales marchas de los trabajadores públicos y privados, acompañados de estudiantes y campesinos provenientes de distintos puntos.

Banderas multicolores, payasos, máscaras y música de comparsas y bandas estudiantiles dieron la nota alegre a la jornada, que encabezaron sindicatos de diferentes sectores.

En Honduras, al menos 30.000 personas -según los organizadores- marcharon por la capital, encabezados por el ex presidente Manuel Zelaya y su esposa Xiomara Castro, quien buscará la Presidencia en los comicios de 2013.

"A estos miles de trabajadores y trabajadoras vilipendiados y relegados por décadas a la categoría de simple mercancía por el modelo neoliberal, les decimos que estamos a 18 meses de revertir esta situacion", prometió Castro en el parque Central de Tegucigalpa.

Ondeando banderas rojo y negro del partido Libertad y Refundación (Libre, izquierda) que dirigen Zelaya y Castro, las marchas recorrieron 16 de los 18 departamentos, para un estimado de medio millón de personas, según el dirigente Rafael Alegría, cercano al ex presidente.

En Guatemala, el veterano dirigente sindical José Pinzón dijo que "los problemas (laborales) siguen siendo los mismos desde hace 136 años, por lo que nuestra lucha no puede claudicar".

Los manifestantes, unos 8.000, expresaron además su rechazo a la explotación minera a cielo abierto en Guatemala y a un anunciado aumento en las tarifas eléctricas de entre el 6% y el 15%.

En El Salvador, unas 4.000 personas protestaron por la falta de empleos, el alto costo de la vida y los bajos salarios y criticaron la cercanía del gobierno de Mauricio Funes con Estados Unidos.

"Los trabajadores estamos convencidos que este gobierno de izquierda es más derechista que la derecha", dijo a la AFP el secretario general de la Asociación General de Empleados Públicos y Municipales, William Huezo.

"Ellos se han enriquecido mientras que el pueblo está muriéndose de hambre, el dinero no alcanza, los impuestos suben, los salarios no se incrementan y eso debe acabar", denunció Huezo.

En Costa Rica, los sindicatos enfilaron sus baterías a la defensa de la Caja del Seguro Social, CCSS, que atraviesa una crisis financiera sin precedentes.

Unos 7.000 manifestantes, entre los cuales los educadores tuvieron fuerte presencia, recorrieron unas 15 cuadras y se plantaron ante la sede de la CCSS, en el corazón de San José, para lanzar consignas contra el gobierno.

"Hago un vehemente llamado a los costarricenses para que solucionemos la crisis de la Caja, que está secuestrada por grupos de políticos, de empresarios y cooperativas", manifestó Albino Vargas, secretario general de la Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP).

Los sindicalistas pidieron al gobierno desechar un Plan B para atraer impuestos, tras el fracaso de un proyecto fiscal con el que las autoridades pretendían recaudar entre 800 y 900 millones de dólares al año y paliar el déficit fiscal que en 2011 rondó el 5% del PIB, el mayor de América Latina.

En Nicaragua, el gobierno suspendió las marchas para que los trabajadores visitaran el lugaqr donde están siendo velados los restos de Tomás Borge, el último de los fundadores del gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) que hasta ahora permanecía vivo y que murió el lunes a los 81 años.

Sin embargo, opositores marcharon en el sector este de Managua para demandar al gobierno más empleos, control de precios de productos de la canasta básica, estabilidad laboral y salario justo.

En Panamá varios miles de trabajadores se manifestaron de forma unitaria en la capital, donde miles de personas partieron del céntrico Parque Porras hasta la Plaza 5 de mayo, en un recorrido donde fueron constantes los gritos y consignas contra el gobierno derechista de Ricardo Martinelli.

La jornada estaba marcada por la decisión de Martinelli de adelantar al 30 de abril las festividades del Día del Trabajo.

"La próxima vez que alguien irrespete el día del trabajador convocaremos huelga el 1 de mayo", dijo a la AFP el secretario general del poderoso sindicato de la construcción Suntracs, Saúl Méndez.

En La Paz, la tradicional marcha encabezada por la Central Obrera Boliviana derivó en protestas contra el gobierno del presidente Evo Morales. La Central, ex aliada de Morales, se ha distanciado del gobierno.

Manifestantes quemaron un muñeco que representaba a Morales y lanzaron consignas contra el gobierno. De la marcha en la capital boliviana participaron maestros y médicos de los servicios públicos que riñen al gobierno desde que hace un mes por un aumentó de dos horas a su jornada laboral que era de seis.

El aumento (de la jornada laboral) del gobierno es unilateral, nosotros le exigimos al presidente Morales que se siente a negociar, dijo Juan Carlos Trujillo, secretario ejecutivo de la Central.

También participaban mineros que su paso por las calles del centro hacÍan detonar pequeñas cargas de dinamita. Sin embargo, no se registraron incidentes con la policía.

En Santiago de Chile, violentos disturbios empañaron una masiva concentración que concluyó con policÍas y civiles heridos y una veintena de detenidos, según un balance preliminar del jefe policial de Santiago, general Luis Valdés.

El oficial dijo que en el acto participaron unas 8.000 personas.

Al concluir el discurso principal del acto convocado por la Central Unitaria de Trabajadores, al que asistieron unas 50.000 personas según los organizadores, personas con rostros cubiertos mezclados entre los manifestantes lanzaron piedras contra la policÍa que custodiaba una zona de la principal avenida de la ciudad, donde se desarrolló la conmemoración.

Unos 300 encapuchados lanzaron proyectiles contra comercios cerrados, rompieron ventanales en un par de sucursales bancarias y la puerta metálica de uno de los locales de donde sustrajeron muebles, con los que armaron una barricada que incendiaron en la calle.

La policía reprimió a los vándalos con carros lanza agua y gases lacrimógenos pero ante su resistencia, más de una veintena de agentes montados arremetió contra los encapuchados y contra fotógrafos y camarógrafos presentes.

El socialista Arturo Martínez, presidente de la central sindical, pidió un impuesto diferenciado para los productos básicos muy inferior al 19% actual y exigió que el sueldo mínimo sea elevado de 375 a 514 dólares.

En cambio, el clima fue de fiesta en La Habana, donde encabezados por el presidente Raúl Castro y el líder de la Central de Trabajadores de Cuba, Salvador Valdés Mesa, miles de cubanos recorrieron la Plaza de la Revolución en una apretada columna mientras agitaban banderas y pancartas que identificaban sus centros de trabajo o rendÍan tributo a los lÍderes de la revolución, Fidel Castro y Ernesto Che Guevara.

Preservar y perfeccionar el socialismo, decÍa un cartel gigante de calle a calle que abrió la manifestación temprano por la mañana.

Según Valdés Mesa, quien tuvo a su cargo un breve discurso de apertura, fue una jornada de reafirmación y compromiso de los trabajadores con los cambios iniciados por Castro, que buscan lograr la sustentabilidad del modelo cubano abriendo espacios para el trabajo independiente, reduciendo la plantilla estatal y eliminando prohibiciones como la compra y venta de casas.

Hubo manifestaciones similares en casi todas las ciudades de la isla.

Valdés Mesa indicó que junto con ellos marcharon 1.900 delegados de diferentes asociaciones sindicales de más de 100 paÍses.

En Caracas, el gran ausente para conmemorar el DÍa del Trabajador fue el presidente Hugo Chávez, que por sus afecciones de salud viajó a La Habana para recibir tratamiento médico.

Bajo las consignas palante, palante comandante, y el pueblo unido jamás será vencido, varios miles de trabajadores públicos y simpatizantes del gobierno, con sus caracterÍsticas franelas rojas, marcharon por avenidas del este y centro de la capital venezolana.

Siento una gran nostalgia. Verdaderamente lo que me han dado es ganas de llorar pero con Dios y la Virgen hacia adelante, dijo Rafaela Landaeta, una empleada estatal de 50 años, al lamentar que el mandatario no se encuentre en el país en la celebración del Día del Trabajador.

Víctor Quintero, de 50 años, comentó que extrañamos a nuestro comandante en jefe pero es bueno que él vaya a hacerse su tratamiento, guarde su reposo como debe ser porque vienen batallas duras y tenemos que tenerlo bien fuerte.

Centenares de opositores venezolanos también conmemoraron el Día del Trabajador y protestaron contra el nuevo texto de la Ley del Trabajo que aprobó el mandatario en la víspera.

Tenemos que luchar contra este gobierno que nos lleva rumbo al comunismo, afirmó Jesús Pinto, un vigilante de 60 años, contrario a Chávez.

En Colombia, varios miles de manifestantes salieron a las calles y algunos protagonizaron enfrentamientos aislados.

El 1 de Mayo fue muy bueno, muy positivo, porque todos los trabajadores como siempre no requirieron de mayor convocatoria para llegar voluntariamente a las concentraciones y a las marchas, dijo vía telefónica Luis Alejandro Pedraza, de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT).

Agregó que en Bogotá y otras ciudades se presentaron conatos de parte de algunos muchachos que hacen del 1 de Mayo un objetivo para desarrollar su forma de pensar y de actuar, refiriéndose a los protagonistas de los choques con las autoridades.

El general de la policÍa Rodolfo Palomino explicó que las marchas de unos 40.000 trabajadores se desarrollaron con normalidad y respeto, pero reportó el arresto de 148 personas, algunas de las cuales serán procesadas por diferentes delitos.

En Paraguay, un centenar de niños exigieron una autorización del gobierno y del Congreso para que trabajen como vendedores ambulantes u ocupar cargos menores en instituciones públicas y privadas.

Aunque no está permitido que los menores realicen tareas remuneradas, las calles de Asunción y otras ciudades están llenas de niños que venden baratijas u ofrecen juegos de azar.

Necesitamos trabajar de cualquier forma para ayudar a mantener a nuestras familias, dijo a la AP Griselda González, de 13 años, vendedora de boletas de loterÍa.