Golfo de Papagayo. “Me sentí muy nerviosa, si no fuera por el apoyo de mis compañeros de equipo no lo hubiera intentado”, aseguró Carolina Padilla, quien a sus 33 años por primera vez nadó en mar abierto.
Al igual que Carolina, Eugenia su hermana de 26 años también hizo la hazaña de nadar 1.5 kilómetros. “Da nervios, uno no sabe qué puede pasar, ya que es muy diferente nadar en el mar que en una piscina”, afirmó.
De acuerdo con Carolina el apoyo de sus compañeros fue fundamental; de hecho, Ulises Trejos, entrenador de ambas, las acompañó durante el recorrido.
“Tuvimos bastante compañía en el mar, eso ayudó muchísimo. El apoyo de los compañeros es importante, verlos en las boyas esperando a que uno termine, eso lo motiva a uno mucho”, comentó.
“Tenemos cuatro meses con el equipo Master San José. Al inicio da miedo por la incertidumbre, pero luego de tanta preparación ya era el momento para nadar la distancia”, aseguró la menor de las hermanas.
De acuerdo con el técnico, participar en la prueba significa una transición para las hermanas, ahora pueden arriesgarse a competir en distancias más largas. “Al principio ellas nadaban de manera recreativa en piscina, hacían distancias de 700 metros, lo que a pesar sirve para un calentamiento; ahora pueden dar el paso a más”, comentó Trejos, orgulloso del logro de sus pupilas.
Como las Padilla, unas 320 personas se lanzaron al mar a competir en el IX Cruce Occidental.
Ahora sí se les hizo
Aunque el sábado se les negó la oportunidad de ganar, ayer dos competidores se “sacaron el clavo”, al vencer en sus respectivas categorías de la competencia.
Se trata de María Angélica Astorga, quien obtuvo el segundo lugar de los 7 kilómetros en femenino, y David Valverde, tercero en la categoría masculina de la misma prueba en la mañana del sábado.
“Es una satisfacción, aunque ella (Adriana Víquez, quien le ganó los 7 kilómetros) no compitió, se siente bonito participar y me sirve para mi preparación para el Camex y el Centroamericano del otro año”, dijo la ganadora.
