Mi esposa no me habla, porque quiere que yo le de plata por mes para sus gastos y yo no la complací. Lo hice porque habíamos congeniado que ella hiciera los oficios domésticos y yo pagaba todo lo demás. Pero ahora a mi ¡no me alcanza la plata para darle!
Es alarmante el número creciente de matrimonios que se divorcian por conflictos económicos. Generalmente la pareja puede pensar que el otro gana más de lo que dice o que despilfarra el dinero en sí mismo o sus familiares políticos. Por otro lado, se tiende a invisibilizar el trabajo diario de la mujer y en lo que coopera el hombre, dentro del hogar. Es hora de sentarse a exponer cuentas claras: hagan un presupuesto de la plata que les entra por mes y una lista de lo que deben pagar, como prioridad. Luego hagan otra lista de productos o servicios que deben consumir y pónganse un límite, para no gastar más. Delegue una cantidad de dinero para su esposa, ella contribuye a su familia, con su trabajo y así se sentirá valorada. Eso sí, con una suma realista donde incluso quede dinero para casos de emergencia y ahorrar, cosa que es primordial. No le pida explicaciones de los gastos personales de ella.
