Sucesos
Martes 29 de mayo de 2012, Costa Rica

Entre Alajuelita y Poás de Aserrí

Alertan a la CNE por enorme derrumbe

Hugo Solano

hsolano@aldia.co.cr

Casas con paredes y pisos agrietados, familias que pasan a pie junto al barranco de 10 metros, paso cerrado a carros y postes de luz a punto de colapsar. Esa es parte de la zozobra que viven decenas de familias del barrio Lámparas, en San Josecito de Alajuelita.

Ayer Luis Fernando Arias, vecino, dijo que como taxista tiene que dar una vuelta de 45 minutos para llegar a San José y que su casa presenta grietas por todo lado.

Acotó que el problema comenzó con un hundimiento en la carretera y que la constructora H. Solís, contrada por el Conavi ,hizo el plano para un muro de retención de ocho metros de profundidad, por cinco de ancho.

Al comenzar las lluvias, todo comenzó a deslizarse.

“El sábado llegó un ingeniero de Conavi y se vino un desprendimiento tan grande que el hombre se asustó al ver las casas en peligro” añadió.

El Conavi alertó a la Comisión de Emergencias, que ayer no llegó; tampoco personal de la Compañía Nacional de Fuerza y Luz. También se alertó a Acueductos y Alcantarillados porque un tubo madre pasa por ahí.

Ana Mayela Alfaro, vecina, dijo que es mucho lo que hay que caminar, máxime los estudiantes de escuela, kínder y colegio. “Esto es un peligro para los chiquitos y para uno” agregó.

El alcalde de Alajuelita, Víctor Hugo Chavarría, calificó de crítica la situación, ya que mientras se hacía el trabajo se desprendió la vía y hay un boquete de casi 100 metros de ancho.

Añadió que desde el domingo el ingeniero Christian Vargas, del Conavi hizo la prevención a la Comisión de Emergencias.

Suelos muy inestables

Según el Conavi, los suelos en la zona son muy inestables y cuando llueve se recargan.

Aunado a ello, hay una naciente cuyas aguas hubo que evacuar y por eso se vino el deslizamiento. Ayer, con vagonetas, retroexcavadoras y maquinaria especial realizaban terrazas o gradas.

La ingeniera del Conavi en el sitio dijo que al menos un mes se tardará, ya que se ocupan unos 5 mil metros cúbicos de material, es decir unas 375 vagonetas.

El costo de la reparación es de unos ¢300 millones.

Hay dos cuadrillas y media trabajando en el sitio.

El material que se usa es una base de lastre mejorado, geomalla compactada por capas para soportar los esfuerzos de tensión.

También geotextiles para evitar filtraciones de finos y drenajes, junto con el gavión compuesto de piedra y mallas.