Opinión

Amado Hidalgo

Periodista

El día llegó antes de que muchos quisieran, incluyendo al mismo Wálter Centeno, aunque muchos otros ya clamaban por el adiós más controvertido en las últimas décadas del fútbol. Saprissa no será el mismo después de esta partida, cuya causal es parte de los secretos de la Cueva.

Evidentemente “Paté” tiene cuerda para un poco más, sobre todo en este tiempo de carencias. Las promesas no alcanzan todavía el nivel de consagrados y en esa etapa de transición morada hay muchos cabos sueltos por atar. Uno de ellos es si ha nacido el sustituto de Wálter. Si está entre las huestes de Tibás o si debe venir de otras tierras.

Para el recambio del “Paté” se escogió a un jugador de casi su misma edad (José Carlos Cancela), lo cual le solucionaría el problema por poco tiempo. Aunque tal vez a la sombra del uruguayo no se marchiten los prospectos, como parecía ocurrir con los que crecieron o intentaron hacerlo al abrigo del 8 morado.

También es el momento de saltar al protagonismo para sus posibles herederos, o renunciar para siempre a ponerse los zapatos de Centeno.

Solo el tiempo dirá si la partida del “Paté” ocurre en el tiempo y espacio propicios, o si más bien agravará la resaca del cambio en las filas moradas. Lo único cierto es que el fútbol local pierde a uno de los últimos caudillos, tan odiado como amado, aunque indiscutible a la hora de hacer el recuento de los grandes en la historia reciente del Saprissa y la Selección. Quienes más lo extrañarán serán los periodistas, porque ese tono confrontativo del “Paté”, esos silencios desafiantes con que los retó una y otra vez, generan más material periodístico que todas las frases juntas de muchos que, a cambio de no quedar mal o porque no se les ocurre otra cosa, suelen contestar con las frases hechas de siempre, las que dicen menos que esas miradas fastidiosas del inolvidable “Paté”.