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Jueves 31 de mayo de 2012, Costa Rica
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Marcela Carranza, quien denunció al defensa Óscar Duarte, revela en Al Día su versión de lo sucedido

“Tenía un arma en la mano”

Erick Carvajal M.

ecarvajal@aldia.co.cr

Malpaís, Puntarenas.- Marcela Carranza aseguró ayer que lo que más le molestó de Óscar Duarte, jugador del Saprissa, fue que, supuestamente, amenazara con un arma a su hija y haya hecho disparos.

Duarte, consultado por Al Día, dijo sentirse muy tranquilo, pero no amplió por recomendación de los abogados de Saprissa.

Al Día conversó con Marcela Carranza en su casa en Malpaís, Cóbano, y dio su versión de lo que presuntamente pasó la madrugada del sábado anterior.

Carranza tiene 13 años de vivir en la zona. Dijo que conoció al jugador en la calle, como a las 4 de la madrugada del sábado.

Carranza se dirigía a su casa en compañía de varios amigos, luego de tomarse unas cervezas en un bar de la zona.

“Él nos preguntó que adónde era la fiesta. Yo no sabía quién era él y le dije que en mi casa, que si quería que fuera a tomarse unas cervezas”, dijo.

Duarte, según Carranza, estaba acompañado por una mujer que se dijo llamar Paola y por Catalino Chamorro, vecino de San Isidro de Cóbano.

Al llegar a la casa de Carranza, dejaron el carro de Duarte cerca de la entrada y subieron en el automóvil de ella.

Todo transcurría con normalidad. Su hija, que tiene 14 años, se despertó y se dio cuenta de la presencia de los invitados.

“Ese muchacho (Duarte) se puso a conversar con ella en la cocina, mientras nosotros estábamos afuera en una mesa”, manifestó Carranza.

Luego de eso, según Carranza el defensor morado, se incorporó a la mesa. Estaba en una actitud romántica con la muchacha que lo acompañaba.

“Era una mujer entre los 35 y 40 años, él la llamaba Paola. Ellos estaban aquí hechos un amor. Ella estaba sentada en una de las sillas y él en el brazo de la misma silla”, recordó Carranza.

Problemas a las 5 a.m.

Las cosas cambiaron, según Carranza, como a las cinco de la mañana.

“Ella se puso violenta. Se levantó de la silla. Señaló a mi amigo (Luis Matarrita), él no le había hecho nada, estaba tranquilo, callado. Ella se levantó y le dijo: ‘usted hijue... lo voy a mandar a matar’...”, comentó Carranza.

En ese momento, las cosas se alteraron. Carranza explicó que ella le dijo a Paola que se quedara tranquila, que nadie estaba haciendo problemas, incluso el mismo Duarte trató de tranquilizar las cosas, pero no pudo.

Carranza le pidió a Paola que se fuera de la casa y mientras iban bajando una colina hacia la entrada de la casa, la situación iba subiendo de tono.

Una luz roja

Carranza narró que iban discutiendo mientras sacaban a Duarte y a la mujer que lo acompañaba. Su hija vino a ver la situación. “Ella sabe que yo soy una persona tranquila, pero que tengo mi carácter”, dijo.

En medio de esa discusión, Carranza explicó que de pronto, vio una luz roja en los pies de su hija.

“¿Qué es esto?, me pregunté de inmediato y cuando volví a ver, era un arma, el muchacho (Duarte) tenía un arma en la mano. Hacía a apuntar, pero también estaba tratando de controlar a la muchacha”, comentó.

Al ver el arma, Carranza indicó que ella se devolvió a la casa, para buscar algo para defenderse, Según dijo, ella no podía creer que eso estuviera pasando. “Yo lo invité a tomar unas cervezas tranquilo y no para que hiciera algo así”, manifestó.

“Mis amigos lo persiguieron y Duarte salió corriendo y abajo (supuestamente), detonó el arma dos veces. Hasta ese momento yo no tenía pensado hacer nada, pero cuando escuché el arma tomé la decisión de ir a poner la denuncia”, indicó.

Como a los 40 minutos, dijo Carranza, llamaron a la Fuerza Pública de Cóbano para que levantara un acta, ya que en su propiedad todavía estaba el carro que conducía el defensa morado.

“Tenía que saber quién iba a venir a sacar el carro, pero con un papel porque si no podían decir cualquier cosa”, dijo Carranza.

“Venía en una moto”

Pasaron varios minutos y mientras se alistaban para irse al OIJ de Cóbano, “vimos donde venía Duarte en una moto y me dijo que venía a recoger el carro”.

“Yo le dije que no sacaba este carro de aquí. Y salió corriendo y sacó el arma otra vez y empezó (supuestamente) a disparar. Incluso unos muchachos que iban en moto se tuvieron que agachar y meter el acelerador”, recordó.

Carranza se fue con su hija a la delegación del OIJ a hacer la denuncia y aclaró que cuando las autoridades judiciales intentaron sacar el carro, ella les dijo que no, porque no tenían una orden de allanamiento.

Carranza explicó que también tuvo un altercado con Duarte en el cruce de Malpaís, donde luego de una conversación, discutieron y Duarte, supuestamente, intentó pegarle.

“Volví otra vez al OIJ y cuando nos devolvíamos, nos topamos el carro de Duarte a toda velocidad en San Isidro de Cóbano. No sabemos quién lo sacó”, comentó Carranza.

“Cantaba en un karaoke”

Al salir del lugar, él se fue a dejar a un amigo y le preguntó a Duarte qué iban a hacer. “Él me dijo que lo habían invitado a una casa a tomar una cerveza, que él no conocía a esa persona”, indicó.

Este testigo dijo que él siguió a Duarte a la casa donde se dieron los problemas.

“Cuando estábamos en la fiesta todos estaban hablando y de un momento a otro, me dijo que nos saliéramos, pero se le habían perdido las llaves del carro”, dijo el testigo.

Al parecer, Duarte fue a recoger las llaves del carro al hotel Luz de Luna donde se hospedaba y también fue a dejar a la muchacha con la que estaba. “Sí, al carro se le podían abrir las puertas, era fácil, pero no teníamos las llaves. Me dormí por un momento y cuando me desperté me dí cuenta del problema, incluso que mi moto (en la que fue Duarte a recoger las llaves) estaba en el suelo”, comentó el testigo.

“Las demás personas siguieron tomando en la casa arriba. Nunca escuché que se dispararan armas”, comentó el testigo.