Nicoya. - Le amputaron una pierna y además perdió un riñón, pero jamás se da por vencido.
Álvaro Hernández Marchena, oficial mutilado de la Fuerza Pública, no piensa acogerse a una pensión ni se lamenta de su situación. “Quiero volver al trabajo, servirle a mi país”, afirma con una valentía que muchos aplauden y otros envidian.
El policía sufrió lesiones de mucha gravedad el 13 de agosto anterior cuando la moto que conducía fue violentamente golpeada por un carro liviano.
Hernández cayó a unos 15 metros de distancia y hubo quienes lo dieron por muerto. Estuvo inconsciente muchas horas.
Los médicos tuvieron que amputarle la pierna derecha y extraerle el riñón, así como uno de sus testículos. Perdió también varias piezas dentales. Tenía a su cargo los Programas Preventivos de la Fuerza Pública del cantón de Carrillo, Guanacaste. Hoy, su sueño es volver a la Fuerza Pública.
Tiene 54 años y desea trabajar muchos más combatiendo el crimen para por el bien de la Patria.