Deportes
Viernes 14 de septiembre de 2012, Costa Rica
Pasión por el deporte

Una leyenda del surf costarricense

Gilbert Brown, el amo de las olas

Freddy Alemán Avendaño

freddy.aleman@aldia.co.cr

Garabito.- Junto con un grupo de amigos aprendió a surfear con pedazos de tablas, pues no tenía dinero ni siquiera para comprar una usada.

La ola de Salsa Brava en Puerto Viejo de Limón; catalogada entre el top 3 del país, (junto a Pavones y Playa Hermosa) fue el escenario donde Gilbert Brown logró balancearse y sacar sus primeras maniobras en el mar.

El Old School (basado en maniobras suaves y trazos largos sobre olas grandes) y el Power Surfing (acrobacias con mucha fuerza, control y fluidez sobre el lip de la ola) son los estilos que domina; y que hoy en día lo tienen como el único surfo tico que ha ganado tres veces el Circuito Nacional de Surf, precisamente el último de ellos lo consiguió el mes pasado en Playa Hermosa.

Acompañado por su fiel guardaespaldas Perlita, una doberman pinscher de dos años, Brown conversó con Al Día sobre la arena de Jacó y repasó los momentos más importantes de su vida, que están ligados al mar.

Faltaba a clases para ir a surfear

- ¿Cómo inició en el surf?

Fue en mi pueblo, Puerto Viejo de Limón. Vivía al frente de la playa y cuando tenía 10 años me entró el gusanito del surf, al igual que al resto de mis amigos.

- ¿Fue difícil aprender a sacar las primeras maniobras?

Fue complicado porque me tocó aprender con tablas quebradas, con un pedazo, ya sea la punta o la cola. Las primeras veces lo que hacía era ir deslizado, al mes me animé a pararme sobre la tabla y de ahí en adelante solo bueno.

- ¿No contaba con los recursos para comprar una tabla?

Le estoy hablando del año 1992, en aquellos tiempos el surf era nuevo en Costa Rica, por lo que no había tiendas donde comprar el equipo y no tenía plata para comprar una en el extranjero. En el pueblo solo había ocho tablas, todas eran de estadounidenses.

- ¿Se escapaba de clases para ir al surfear?

Un montón de veces. Con los “compas” me iba a surfear, dejábamos los uniformes tirados y nos mandábamos al agua. Calculábamos el tiempo y luego a ponerse los uniformes en carrera para volver a la casa. Pero mi mamá no es nada tonta y cuando yo le decía que venía de clases ella me contestaba: “¿sí viene de la escuela porque trae ese montón de sal detrás de la oreja?”.

- ¿Tenía algún ídolo en su infancia?

Claro, yo admiraba el ‘surfing’ de Hernán Hilton. Cuando yo tenía 16 años coincidimos en una competencia y me puse como loco cuando quedé en el segundo lugar, detrás de él.

- De la barra de amigos a la que se refirió anteriormente, ¿cuáles se convirtieron en surfistas profesionales?

Leonardo “Quemba” Hernández, él ganó varios torneos acá en el Pacífico y en el Caribe era muy fuerte. También estaba Germain Myrie y mi hermano Rónald.

No aguantó vivir en San José

- ¿Alguna vez ha vivido fuera de las regiones costeras?

Sí. Cuando tenía 13 años mi querida madre nos llevo a vivir a la capital y sinceramente me deprimí porque quería estar en el mar.

- ¿Cómo hizo para volver a su entorno?

En ese tiempo mi papá estaba en la cárcel de Limón y mi mamá dijo que me iba a llevar a visitarlo. Entonces a mí se me ocurrió la idea de guardar varias mudadas antes del viaje... Cuando veníamos de vuelta recuerdo que en la parada de buses me le puse de rodillas a mi mamá y le dije que mi vida era en la playa, que por favor me dejara volver a Puerto Viejo, le dije que me diera una oportunidad. Ella lo pensó y luego de un rato me dijo: “Si escucho algo malo de usted me vengo desde San José y me lo llevo de las orejas”.

De referente a leyenda

- ¿Qué recuerda del campeonato que ganó el pasado 26 de agosto?

Ese día tenía claro que había que ganar, yo sabía que si ganaba la fecha también me dejaba el campeonato. La verdad, no fue simple porque veía a Noé Mar McGonagle y Anthony Fillingim que estaban en todas pegando aéreos, esos chiquillos le pusieron sabor.

A falta de dos minutos ya estaba en el primer lugar y le quita una ola a Noé Mar, ¿jugó la maña en ese momento?

Llevo doce años en este deporte y sí, como usted lo dice, uno aprende una que otra maña. Aunque en realidad en ese momento yo estaba mejor ubicado para tomar la ola, pero no le llegué, fue cuando Noé Mar la quiso coger y apenas pude cortarle la ola.

- ¿Cuál de sus tres títulos nacionales ha celebrado más?

Todos tienen su matiz, pero le puedo asegurar que este último contra esos chiquitos fue muy intenso, eso habla bien del futuro del surf costarricense.

- ¿Se considera el mejor surfo de Costa Rica?

Soy el que más campeonatos ha ganado en suelo nacional, pero para mí el mejor del país es Carlos Muñoz.

- ¿Cómo describiría el nivel actual de surf tico?

Es muy radical, las nuevas generaciones innovan con todo lo que son los aéreos. Ya somos pocos los que lo hacemos a la antigua.

- Una vez Dave Myrie dijo que se gana más plata surfeando que jugando al fútbol, ¿es cierto?

Dave “Banana” no andaba tan perdido, aquí los surfistas ganamos bien, los premios van entre 500 y 3.000 dólares por torneo ganado.

- ¿De no haber sido surfista a que se hubiera dedicado?

Seguramente hubiera sido pescador igual que mi padre, posiblemente me hubiera tirado una vida tranquila allá en mi Puerto Viejo.

- ¿Se imagina trabajando con saco y corbata?

Puede ser, hay gente que me dice que me tire para alcalde.

“Es un gran chef”

“Como persona, Gilbert es súper bello hasta con los desconocidos. Como profesional, se exige mucho, por eso es el mejor surfista de Costa Rica”, contó su novia. /Foto: José Rivera.
“Como persona, Gilbert es súper bello hasta con los desconocidos. Como profesional, se exige mucho, por eso es el mejor surfista de Costa Rica”, contó su novia. /Foto: José Rivera.

El amor llegó a la vida de Gilbert hace ocho años, cuando conoció a su media naranja, Rebeca Sequeira.

Ella nos comentó una de las facetas que pocas personas conocen sobre este surfista, su pasión por la cocina caribeña.

“Él cocina bien rico, es un gran chef. Hace un rondón, que es una sopa de coco con pescado y le queda tan buena, que cada vez que la prepara vienen un montón de amigos al apartamento a comer”, afirmó Rebeca.

El ‘rice and beans’ y el patí son otros de los platillos con que Brown deleita el paladar de su enamorada.

Por otro lado, la joven describe a Brown con una persona dedicada, responsable y con gran sentido del humor.

También mencionó que es lo único que irrita al rey del surf nacional: “me atrevería a decir que lo único que lo pone de malas es no poder salir a surfear. Eso le cambia por completo la dulzura del carácter”, dijo.