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Domingo 16 de septiembre de 2012, Costa Rica
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Opinión

Síntomas normales

Antonio Alfaro, editor

analfaro@aldia.co.cr

“¿Es grave doctor?” No, pero tendrá que convivir con algunos síntomas, dolores de cabeza que llegan y se van, sin decir hola ni adiós. A lo mejor un fin de semana se siente tan radiante como un 6-1 en San Carlos, y al siguiente el día le parece gris como 0-2 en el Nacional ante el Santos. “Sí, monstruoso”. Normal, diría.

“¿Pero no hay nada que me pueda recetar?” Solo con el tiempo va a mejorar. Podría cambiarle la receta, culpar al técnico, llamar al “Paté” Centeno, pedirle plata prestada a Vergara, pintar de nuevo el estadio, ponerle hasta tornillos antisísmicos para no jugar nunca más fuera de la “Cueva” como local, pero cuando menos se espera, de nuevo un malestar.

Eso resultados son como el acné, suelen quitarse al madurar.

De momento, no alcanza con la veteranía de Sequeira, quien -si pudiera- jugaría de defensa, mediocampista, delantero ¡y hasta de portero! en aquellas esporádicas jornadas en las que Bolívar flaquea. Tampoco basta un “viejo joven” como Badilla.

“¿Y mientras tanto… sigo comiendo lo mismo?” Sí, le falta mucho pan que comer, aún cuando hay talento en jugadores como Tejeda, Russell, Golobio. No basta con qué se haya ido Centeno, para que los jóvenes se conviertan en amos y señores del mediocampo. Tendrán días buenos, incluso brillantes… y noches largas como la ayer.

Si encima se topan con un rival en su día, duro de pelar, con un goleador forjado en los bananales, no hay pastilla que alivie el golpe.

Por ahora duele, aún hay inflación, pero mañana puede volver de nuevo a jugar, a divertirse y hasta ganar. Una bolsita de hielo, por ahora alcanzará. Tranquilo. La Liga y Herediano, aunque con más experiencia, tampoco se salvan de jaquecas.