Miércoles 25 de febrero, 2004. San José, Costa Rica.



 

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Alejandro Sanz hizo estallar el júbilo de la gente anoche en el Estadio Ricardo Saprissa, cuando salió a escena a las 9 p.m.

Lo que Sanz se llevó

Más de 20 mil gargantas se quedaron afónicas anoche en el Estadio Ricardo Saprissa


Hoy no será lo mismo para 20 mil personas que se dejaron seducir por la conquista de un español, que en nombre de su música, arrodilló anoche a un público sediento de sus éxitos. Él no se llevó oro, sólo un tesoro de miles de gritos y aplausos.

Alejandro Sanz se apoderó de la masa, la amoldó a su gusto y se la echó en el bolsillo, ante un Ricardo Saprissa lleno a reventar.

Sanz, una hora tarde, a las 9 p.m., interpretó sus temas más recientes y los éxitos que tocaron un botón en las mujeres, que las hacía gritar y llevarse las manos a la cara. Sanz se subió a la tarima del estadio cargado de confianza, pues su concierto fue bien pensado, sin nada al aire y el público en su mayoría femenino, lo recibió casi delirante, en cuanto escucharon las primeras notas, con una aclamación ensordecedora.

Proyección de asombro

Las encargadas de abrir el concerto fueron Las Bubas, con una nueva imagen, más fresca, que resalta su juventud.

Luego le siguió el turno a Expresso, un buen grupo, lástima que no tiene canciones originals y tuvieron que repetir temas de otros artistas como Celia Cruz y Basilos.

Se sabía que la escenografía para este concierto representaba toda una novedad, y nadie salió decepcionado, pues un telón, que al principio parecía muy simple, se llenó de efectos, pues se proyectaron videos y unas luces que transportaron a la gente a mundos fantásticos, como de cuento de hadas o de parajes utópicos.

A diferencia de otros artistas, el concierto comenzó con la presentación de los músicos en la pantalla, cortesía marca Sanz, pues ya es costumbre que los artistas nombren a sus acompañantes casi al final.

El color plateado de los instrumentos combinó muy bien con la noche, y las luces los hacía ver más lustrados aún, como las composiciones de Sanz.

Como era de esperarse, Sanz le dio prioridad a las canciones de su más reciente disco, “No es lo mismo”, el cual hasta el momento ha sido exitoso, pero aún muy reciente para que la mayoría de los asistentes cantara con él.

Temas como “12 x 8” y “Eso” de su último álbum, no eran coreados por todos, a excepción de los fanáticos más encarnizados, que como siempre se saben todas las canciones.

Para los menos apasionados, los que simplemente acompañaban a sus novias o esposas, las piezas no eran conocidas y en esos momentos la intensidad del estadio se bajaba un poco.

Y se notó que Sanz se dio cuenta, porque el énfasis escénico se vio precisamente en esas canciones.

Cuando llegó los esperados “Corazón partío”, “Cuando nadie me ve”, “Y solo se me ocurre amarte”, “Amiga mía” y “El alma al aire” la locura estuvo en su punto máximo; era lógico que fueran las más aclamadas.

Sanz se llevó el cariño del público, coleccionó aplausos y gritos pero, fue después de la repetición de su éxito más reciente: “No es lo mismo”, que el público se descontroló y se dejó llevar por Sanz. No había nada que hacer, el español se apuntó una conquista en su gira por Latinoamérica.

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