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Cultura sexual
Problema de ambos Mauro Fernández
drmauro@icosex.com
En la columna de la semana anterior decíamos que la eyaculación precoz es el inicio de una serie de disfunciones sexuales.
Conforme pasa el tiempo, el varón que al inicio sólo experimenta un pobre control eyaculatorio empieza a presentar otros problemas como la anorgasmia (pérdida del placer al momento del orgasmo), impotencia y fuertes inhibiciones en el deseo sexual.
Sin embargo, los efectos de la eyaculación precoz no se limitan al varón. También dañan la sexualidad de la mujer.
Al principio, ella vive el problema del varón como algo ajeno, que le sucede a él y que él debe resolver.
Su percepción suele ser tan limitada que no se percata de que también a ella le está perjudicando. La mujer, al cabo de varios intentos fallidos por tratar de corregir el problema eyaculatorio comienza a darse cuenta de que las relaciones sexuales no duran lo suficiente como para que ella llegue al orgasmo, que el deleite y el disfrute son muy rápidos, producto de que el varón termina en cuestión de instantes.
Es allí donde se instaura la anorgasmia femenina, llamada frigidez.
No obstante, el problema no se concreta a la anorgasmia. Conforme pasa el tiempo, la mujer experimenta una negativa en su iniciativa sexual.
No desea tener relaciones sexuales porque estas no son gratificantes, hasta el punto que se instaura un franco cuadro de deseo sexual inhibido, el cual genera una actitud áspera de la mujer hacia las relaciones sexuales que fácilmente le llevan a tener problemas en la lubricación vaginal.
Así, producto de un problema masculino como la eyaculación precoz se producen fuertes alteraciones en la respuesta sexual femenina que generan tres disfunciones muy frecuentes en Costa Rica: la anorgasmia o frigidez, la apatía sexual o deseo sexual inhibido, y la hipolubricacion vaginal, o resequedad vaginal transcoital. Las parejas deben entender que las disfunciones sexuales son enfermedades que atacan a los dos miembros de la pareja y que, aún cuadros que inicialmente sean exclusivos del hombre o de la mujer, en poco tiempo estarán perjudicando a ambos, de ahí la importancia de consultar a tiempo antes de que una disfunción provoque otras más.
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