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Parapléjico
Michael Ureña Castro nunca más pudo volver a caminar. Los familiares del sentenciado alegaron, en su oportunidad, que todo obedeció a un accidente.
Archivo/La NaciónAl Día
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Prescribió pena contra finquero
Estuvo en fuga más de 10 años Rodolfo MARTÍN
rmartin@aldia.co.cr
Michael Ureña Castro tenía 8 años cuando el 13 de abril de 1991 un proyectil le impactó en la columna vertebral.
Esto ocurrió en un potrero en San Vicente de La Unión, Cartago, luego de que el menor se metió a juntar una bola.
A partir de esa fecha y, hasta 28 de marzo, se desarrolló un largo y desgastante proceso judicial que finalizó hace 12 días, cuando prescribió la pena impuesta al responsable del hecho.
Al frente de la causa estuvo el finquero y empresario Freddy Trejos Villalobos, autor del disparo que dejó inválido de por vida al joven Michael.
El 17 de abril de ese año la policía, por esa circunstancia, arrestó a Trejos como sospechoso del disparo. El 1 de junio logró la excarcelación tras pagar ¢400 mil.
Trejos fue sentenciado el 17 de enero de 1994 a ocho años de prisión y al pago de una indemnización de ¢16 millones.
El 15 de junio de 1994, el fallo quedó en firme y Trejos desapareció.
Nunca se presentó a cumplir con la sentencia, ni tampoco fue localizado ni apresado por el OIJ.
"Es cierto, aunque ahora aparezca y lo detengan habrá que ponerlo en libertad porque la pena en su contra ya prescribió", aclaró una fuente judicial.
La oficialización del caso podría darse a inicios de la semana próxima, cuando el Tribunal de Juicio emita una certificación en ese sentido.
El documento fue solicitado por Gerardo Machado, defensor de Trejos.
Al Día consultó ayer al penalista y expresó que pidió el documento porque la prescripión es un derecho que asiste al sentenciado.
Machado no quiso ahondar en detalles, solo dijo que "esta es una acción jurídica en contra del Estado, porque sus órganos correspondientes no pudieron llevar ante sistema penitenciario al sentenciado".
Al consultarle por qué Trejos nunca se entregó, respondió desconocer las razones que habría tenido.
El 28 de marzo pasado se cumplieron 10 años y seis meses desde que la condena quedó en firme, sin que su cliente fuera detenido, pese a la orden de captura nacional e internacional.
A mediados del año pasado, Michael Ureña (ahora de 22 años de edad) aceptó el pago de ¢3 millones como indemnización por el daño sufrido.
El joven recibió una parte de ese dinero en efectivo, un Hyundai de 1999 y dos terrenos.
Trejos, aparentemente, se habría mantenido dentro del país.
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