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FAMILIARES NO PIERDEN LA ESPERANZA DE QUE ALGÚN DÍA REGRESEN Hace 5 años el mar se llevó al “Don Albin” y sus tripulantes ¿Naufragio o secuestro? La duda golpea a las familias que aún los esperan en tierra Julio PEÑARodolfo MARTÍN Corresponsal@aldia.co.cr rmartin@aldia.co, cr La Cruz Guanacaste. - El próximo miércoles se cumplirán cinco años desde que el pesquero “Don Albin” zarpó del puerto de Cuajiniquil con cinco tripulantes. La fecha quedó marcada en el calendario, pues no volvió a saberse nada de la embarcación, que había partido para ir a pescar frente a las islas de Papagayo. El grupo estaba compuesto por los hermanos Pedro y Junior Lara Víctor, de 29 y 23 años respectivamente; su sobrino Albin Lara Alemán, de 14; el vecino y también costarricense, Calixto Guevara, y el nicaragüense Eberth Escapines, de 20 años.
Hoy, con el transcurrir del tiempo, la desaparición del “Don Albin” no solo es una amargura que desgarra a los familiares de los extraviados, es un enigma que golpea constantemente a parientes, vecinos y otros pescadores. “No hay un día en la semana que mi abuela (Tomasa Víctor) no llame por teléfono para preguntarnos si la televisión, los periódicos o la radio nos han dado alguna buena sorpresa”, relató el jueves pasado Yahaira Lara Alemán, quien perdió a su hermano Albin y a sus tíos Junior y Pedro, hijos precisamente de doña Tomasa. Su mamá, doña Gregoria Alemán, está convencida de que todavía están vivos, al punto que aún mantiene el cuarto de su hijo, Albin, como lo dejó aquella mañana del 28 de febrero del 2002 cuando salió hacia el pesquero propiedad de su padre Rafael Ángel Lara Víctor. El muchacho subió a la lancha sin el permiso del papá, quien ese día atendía varios asuntos en Liberia. El dolor también se percibe con crudeza en la casa de don Pedro Guevara Castillo, quien expresó que la pérdida de su hijo Calixto. “Fue como si me hubieran dado una puñalada en el centro del corazón. A partir de ahí, no hay día que no llore... que no llore”, y, efectivamente, las lágrimas brotan de sus ojos. ¿Naufragio? La hipótesis acerca de que la tripulación continúa con vida está sustentada, fundamentalmente, porque no solo los familiares, también los vecinos y otros pescadores rechazan que el pesquero haya naufragado. Esa conjetura surgió por la última comunicación recibida del “Don Albin”, pues ésta ocurrió la mañana del 4 de marzo, cuando un barco que trabajaba muy cerca de la zona oyó un llamado de un barco “que se hundía”. Sin embargo, pese a que no se halló ningún indicio para sospechar que se encontraban frente a un naufragio, surgieron otras cosas que, a juicio de los entrevistados, intrigan a parientes, amigos y pescadores. “¿Cómo es posible que solo difundiera una llamada cuando, ante una emergencia como ésta, lo usual es mantener la comunicación hasta el último minuto”, expresó el señor Guevara, también pescador. Después del llamado, se organizó una búsqueda como pocas veces se ha visto en los últimos años, recordó ayer Carlos Lara Víctor, hermano de Pedro y Junior y tío de Albin. “Inmediatamente, se enviaron los pesqueros ‘Dasnet’ y ‘Tania’, que estaban en el muelle de Cuajiniquil, y, al mismo tiempo, se le ordenó a los capitanes del ‘Langosta’, ‘Punta Blanca’, ‘Tía Ana’, ‘El Piri’ y ‘El Manatí’, que pescaban mar afuera, que abandonaran sus actividades para que navegaran hacia la zona reportada por el ‘Don Albin’”, dijo Carlos Lara. El primer barco en llegar duró dos horas y, sin embargo, no encontró indicio alguno de naufragio, relató. Ese primer día, igualmente, se contó con la ayuda de una avioneta que sobrevoló el sector. “No encontramos ningún objeto flotando, como tampoco rastros de aceite o diésel”, dijo Lara. Al día siguiente, se sumaron a la búsqueda más embarcaciones y dos aviones “Hércules” de la Fuerza Aérea de Estados Unidos; los resultados fueron parecidos. Lo único que encontraron fue la línea de pesca del “Don Albin”, con algunos animales todavía vivos, recordó Carlos. El hallazgo tuvo lugar frente a las costas de Nicaragua. Uno de los primeros en arribar a la zona fue Mínor Lara, también hermano de Pedro y Junior. Cuando estaba cerca del punto dado por el “Don Albin” se topó con un yate, a cuya tripulación no le preguntó si lo había visto o no, dado que lo único que le interesaba era llegar rápido. Luego esa embarcación tampoco se volvería a aparecer. “Uno de los pilotos estadounidenses me insistió que me sacara de la cabeza que el pesquero hubiera naufragado”, agregó. Él basó su apreciación, precisamente, en la falta de indicios pues, según su experiencia, en algunos casos, los objetos flotantes llegan a permanecer en el sector hasta por cuatro días. ¿Narcotraficantes? El piloto estadounidense, al parecer, le comentó a don Carlos que la posición dada por el “Don Albin” corresponde, presuntamente, a una zona de tránsito de los narcotraficantes de cocaína, quienes no permiten la presencia de testigos, dijo el jueves en su casa en Cuajiniquil. Esa podría ser la explicación, creen muchos, de lo que pudo ocurrir a sus familiares, haber sido secuestrados y llevados a otra parte, donde estarían retenidos contra su voluntad o muertos, añadió Carlos. A su juicio, sus hermanos salieron a trabajar en una embarcación que estaba en buen estado y con el equipo requerido; además, conocían la zona como “el agricultor que sale todas sus mañana hacia la parcela”. Al parecer, ese día no había malas condiciones para descartar también el naufragio, especialmente, porque el viento no soplaba tan fuerte. Entonces, ¿qué pasó hace cinco años?
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