MSc. Margarita Murillo Gamboa
Terapeuta y consultora en temas de la sexualidad
mmurilo@emailcr.com.

En todo este tiempo, con tanta información que llega, lo esencial es poder diferenciar no tanto lo qué nos llega, sino cómo llega la información sobre sexualidad. Hoy iniciamos un proceso de diálogo, con usted, lectora y lector. Nos interesa ofrecer un espacio serio y educativo para construir una conciencia, que nos permita sanar y mejorar nuestra vivencia de la sexualidad.

Por lo general se nos ha vendido como placer, algo que es violento. Además, se tiende a educar visualizando el impulso sexual desconectado de las emociones y sobre todo de los valores.

Las personas con más de cuarenta años han recibido poca información, ganándonos también el título de ser los más difíciles de formar, por el “acomodo mental” moralista y rígido que se inculcó, en donde el placer llega prácticamente a anularse o a verse con frases cómo “yo ya no estoy para eso…”.

Por otro lado, están los (as) que acomodaron un “casette” que se adquirió mediante la pornografía, experiencias traumáticas por abusos (esto tanto en hombres como en mujeres) o mensajes inadecuados que los llevaron a construir una sexualidad desbordada, violenta, con vínculos afectivos débiles, quizá mecanizada y poco satisfactoria.

Por la experiencia terapéutica y de acuerdo con nuestro desarrollo sexual, sabemos que somos seres afectivos. Es decir, nuestra comunicación estará siempre impregnada de nuestras emociones, por lo tanto para poder crecer, mantenernos y desarrollarnos debemos aprender a comunicarnos afectivamente, y de esa forma lograremos construir un equilibrio en nuestro desarrollo sexual. Es decir, hay que promover la madurez emocional para lograr lo mejor de la sexualidad.

La formación en sexualidad debe llevar un proceso. Primero adquirir y buscar la forma de poder entrar en nuestras historias sexuales; después tomar la libre, pero fuerte decisión de sanar esta historia, para luego poder ir acomodando la información del desarrollo sexual. Si no se toma la decisión de sanar, se va a transmitir dolor, temor, indiferencia, lo que me impedirá poder abarcar y mejorar integralmente en el desarrollo sexual.

La sexualidad es una fuerza creadora de la salud humana, que nos hace brillar con luz propia para alumbrar nuestra vida.

Implica el cuerpo y el alma, nuestro ser de hombres y mujeres. Debemos desconectar ese algo mecánico y lograr verla como una fuerza que nos impulsa a amar y relacionarnos.

En esta columna que iniciamos hoy se busca enseñar que en la sexualidad hay un lenguaje, que posee componentes, que deben de equilibrarse. También hay edades sexuales porque hay formas en que la identidad necesita estimularse. Cómo se construye y orienta el deseo sexual desde edades tempranas, entre muchos temas que podremos ir comentando con sus preguntas e intereses.

Si desean que en sus comunidades, instituciones educativas o grupos organizados se den talleres de formación en afectividad y sexualidad se pueden comunicar al teléfono 2627871, o por medio del correo electrónico mmurilo@emailcr.com.

Los talleres buscan iniciar un proceso de compromiso, de cambio de actitud hacia la sexualidad, que incluso ofrecen la formación en una metodología que logra buenos procesos de introspección, reflexión, toma de conciencia y construcción de un desarrollo sexual comprometido con la vida.

Esta propuesta de formación en afectividad y sexualidad fue presentada en el Foro de las Américas celebrado en noviembre de 1999, en Tlaxcala, México, y considerada una propuesta educativa para América.

Esperamos sus preguntas. Gracias por confiar y querer construir espacios más justos, equitativos y placenteros para todos y todas.