Mauricio Astorga, actor
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México D.F. Estamos a pocos días de que se nos termine el año. ¡Que rápido!, ¿verdad? Hace nada teníamos en nuestros brazos al bebé del 2009 y ya se escuchan las notas del tradicional "yo no olvido al año viejo" que nos anuncia la llegada del 2010.

Así que es hora de hacer los buenos propósitos de este año que vamos a estrenar.

Pero eso sí, que los propósitos sean buenos de verdad.

No vaya usted a poner en su lista “que se le caigan los dientes a mi suegra”.

No, deben ser propósitos que lo hagan crecer a usted como ser humano. Además de que esos propósitos deben ser realizables, porque si no se va a frustrar cuando llegue el 2011 y siga en las mismas.

Con esto no le digo que sea conformista, pero sí que sea realista.

Lo importante es que usted cumpla con sus propósitos, o por lo menos que haga todo lo posible por cumplirlos. Porque hay más de uno que, año tras año, se plantea las mismas metas: “ir al gimnasio y ponerme como Larin Lover”, “aprender inglés”, “dejar de fumar” y sigue la lista... Pero se termina el año y fue al gimnasio, pero nada más a su soda a tomar café, nunca encontró espacio en su agenda social para ir a las clases de inglés y en lugar de dejar el tabaco o el tapis, más bien aumentó la dosis.

Le invito a que haga su lista. Y de antemano, le deseo que sus metas se hagan realidad y que Dios le bendiga en este 2010.