Felipe Arrieta Sánchez
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Andre Agassi es el único tenista en ganar el Golden Slam (los cuatro torneos del Grand Slam y la medalla de oro olímpica).

Pero detrás de este gran deportista hay una historia llena de rebeldía, éxito, altibajos y por supuesto, bellas mujeres.

Andre Agassian nació en Las Vegas, Estados Unidos y es de descendencia armenia.

El fanatismo de su padre por el tenis fue el que empujó a Andre a practicar el deporte blanco.

Sus inicios en el tenis se caracterizaron por su rebeldía, sus pelucas, ropas coloridas y calzoncillos rosas.

Con tan sólo 18 años Agassi fue el jugador más joven en superar la marca de $1 millón en premios.

Tras cuatro años de noviazgo, en 1997, se casó con la actriz Brooke Shields.

Para noviembre de ese mismo año el matrimonio estaba en crisis y Agassi había descendido al puesto 141 del ranking mundial.

En 1999 el tenista le pidió el divorcio a Shields y volvió a dedicarse de lleno al deporte.

Agassi logró volver a ser el número uno del mundo, ganando los torneos de Wimbledom, Roland Garros y el Abierto de Estados Unidos.

Demostró así su gran coraje y calló bocas de los que lo consideraron viejo para jugar al tenis.

Si duda el año de 1999 marcó al tenista, ya que conoció a Steffi Graff, leyenda del tenis femenino, con la que se casó en el 2001 y tiene dos hijos.

Aparte del tenis hay otra cosa que le quita el sueño a Agassi: los niños.

En 1994 creó una fundación de caridad para pequeños que han sido abandonados o víctimas de algún abuso y cuyas condiciones económicas son una verdadera barrera en su educación, la cual lleva su nombre.

Es el pequeño de cuatro hermanos: Rita, Phillip, Tammee y Andre.

Su hijo mayor se llama Jaden Gil y tiene ocho años, su pequeña Jaz Elle cumplirá siete años en octubre próximo.