Isaac Lobo
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Muchos creen que Nery Brenes es algo pesado. Él lo sabe muy bien y trata de que esto no sea la percepción general.

Brenes explica que todo es culpa de cierto sector de la prensa, que lo quiere poner como hostil y poco accesible.

Sucede que el atleta es fiel defensor de su privacidad y de los momentos familiares que le ayudan a correr cada día más rápido.

“Esta idea es más por los medios, es que algunos no han entendido que tengo mi vida, creen que me pueden llamar a cualquier hora y les tengo que contestar. Me llaman desde las 6 a.m. hasta las 9 p.m. y es molesto. Lo que hago es no atenderlos y ya. La gente que me conoce sabe que no soy pesado”, asegura.

Y es verdad, Nery es muy simpático, dicharachero y molestón.

Le encanta reír y cuando lo hace, se lleva una mano a la boca, levanta los pies y los golpea seguido contra el piso, mientras se le sale esa picardía muy propia de Limón. Es bromista con un dejo de humor sarcástico y sobre todo muy amigo de sus amigos.

“Me gusta hacer bromas, soy necio e hiperactivo, pero soy muy tímido cuando no conozco a la gente, luego... sí llego a ser muy confianzudo. Cuando visito un lugar la gente espera que sea extrovertido, pero no puedo, así no soy yo”.

Es por eso que al dar autógrafos se pone algo incómodo, e incluso se burla de sí mismo por tener que darlos.

Le encanta la música de Bob Marley y las canciones de reggae y hip hop que lo “inyecten”. “Antes de correr, uno necesita estar muy alegre y ennotado”.

Se dice malo para la cocina, pero sólo para cocinar.

“Me gusta comer de todo, sobre todo hamburguesas, pero por mis entrenamientos no puedo, vieras como sufro por eso”.

En las labores del hogar también confiesa estar en zona perdida. “No sé hacer nada” y sigue riendo.

Es asiduo consumidor de las redes sociales y lee todo lo que le ponen.

“Es vacilón todos los comentarios que me escriben en Facebook, sólo le pido a la gente que no se pongan a comparar deportes, para mí es incómodo leer en Internet que hablen mal de los seleccionados de fútbol”.

Ser el “atleta de moda” le causa una sensación de extrañeza.

“En lo personal no me gustaría tener tanto reconocimiento. Yo no busqué salir en revistas o en 'tele', eso no es lo mío, pero es parte de. Me he propuesto que las personas se sientan bien conmigo. Quiero ser un deportista accesible para la gente, pero cuesta”.

Él no es mal agradecido, aprecia el sentir, el cariño que el pueblo le expresa en las calles y que lo hace continuar.

“Me siento muy orgulloso de ser tico y que la gente me reconozca”.

Diablillo

Retrocediendo las manecillas del reloj, Nery se transporta cuando jugaba libre en Limón y recuerda que fue un travieso de primera.

“Hice todo tipo de travesuras, pobrecita mi mamá...”, mientras recuerda se muere de la risa.

Asegura que el atletismo le sirvió para canalizar toda esa energía en algo positivo.

“Eso me salvó de muchas cosas” y es aquí por primera vez en la entrevista que se pone serio.

Cada día construye su futuro y aunque tiene sueños, afirma tener los pies sobre la tierra. “Me gustaría tener una casa propia y estar tranquilo. En lo demás, no me gustaría hablar y que no se cumplan”.

Así es Nery, un luchador muy a su estilo.

Sus amigos

Banton: El cantante confiesa tener una gran amistad con Nery Brenes. “Él es ¡‘toa’!, es muy tuanis y sobre todo muy humilde. Apenas él regresa al país de sus viajes me llama y me pregunta adonde estoy y se llega a escuchar mi música”. Banton admira en el deportista que es muy real. “Lo conozco desde hace mucho tiempo, pero desde hace como tres años somos muy buenos 'compas'. Puedo decir que molesta mucho, es muy alegre, pasa vacilando y como yo molesto un ‘cañazo’, el se identifica. Nos pasamos riendo”.

Bismarck Méndez: el actor le tiene mucha admiración. “A mí me tocó darle un premio y me gustó que él primero habló en ‘mekatelyu’ y luego en español, eso me hace ver que no olvida sus raíces. Es muy humilde”.

En su honor

Nery Brenes será el dedicado de la carrera Solidarista Al Día, el domingo 10 de octubre a las 8 a.m. Salida en el parque anexo del Grupo Nación en Tibás.