Domingo 5 de agosto de 2012, Costa Rica

Narrador

Marvin Centeno

Patricia Recio

arecio@aldia.co.cr

Apasionado de la radio y enamorado de la narración, Marvin Centeno desborda alegría cuando habla de su profesión y el momento que actualmente vive.

Tras regresar a los micrófonos de Columbia, el guapileño contó sobre cómo una casualidad con sabor a desafío lo llevó a convertirse en uno de los mejores narradores del país.

“En una ocasión en radio Pococí llegué a dejar un saludo para mi mamá en un papelito, el locutor me dijo que si me animaba a pasarlo y le dije que sí, pero en el momento que estuve frente al micrófono se me nubló la vista y se me quebró la voz, fue tan extraño que esa experiencia me hizo pensar ¿qué es esto tan lindo?”, recordó sobre su primera vez.

De chiquillo le encantaba mejenguear, con botas de hule en los barriales típicos del invierno caribeño y con lo que se asemejara a un balón (naranjas o limone), la fiebre era lo que los movía.

Tras su paso por el colegio, inició una carrera de Leyes en la Universidad de Costa Rica, pero el gusanito de la radio pudo más y terminó por dejar la “U” para meterse más de lleno en radio Monumental, donde ya se ganaba sus primeros minutos al aire, ya fuera leyendo noticias y pronto narrando partidos de primera división.

Entre sus mejores experiencias recuerda el Mundial de Italia 90 y la excelente participación de nuestra selección.

Centeno no dudó en asegurar que de no haber sido periodista se habría dedicado a la enseñanza, además pocos conocen su faceta de músico, pues toca la guitarra y también canta.

Como buen caribeño no cambia por nada el buen rice and beans aunque confesó que es más bueno para saborearlo que para prepararlo.

Es un amante de la literatura universal y contrario a lo que muchos creen, no tiene tan buena memoria (excepto para los nombres de jugadores), eso sí apunta todos los datos durante los partidos.

Aficionado al Real Madrid y a Brasil, equipos que no solo ha tenido la suerte de ver si no también de narrar en vivo, confesó que más allá de la fiebre que el fútbol despierta en todos los ticos, su deporte favorito es el béisbol, del cual es seguidor fiel de los Yankees de New York.