Domingo 15 de enero de 2012, Costa Rica

Torero improvisado

Percy Rojas

Neyssa Calvo Achoy

ncalvo@aldia.co.cr

Sin darse cuenta hizo fila con los toreros improvisados creyendo subir a los juegos mecánicos y desde entonces se formó un lazo indestructible con la arena.

Así fue como empezó la aventura de Percy Rojas, un constructor que sortea los cachos del toro en el redondel de las fiestas de Zapote.

Una travesía que ya suma 26 calendarios en los cuales ha sido fiel a su cita con las bestias cada diciembre.

¿Cómo se hizo torero?

Estaba en la fila para subir a los carruseles, pero no sé qué pasó, se mezcló con la de los toreros improvisados y cuando me di cuenta iba para el redondel. Fue el destino porque siempre había querido entrar.

¿De eso hace cuántos años?

Hace ya bastante tiempo, el 25 de diciembre de 1985, yo tenía 29 años y desde entonces soy adicto a las corridas.

¿Qué lo atrae?

Puedo estar todo el día ahí metido. Me encanta sentir la arena y el toro cerca. No me interesa si hay o no gente arriba en las graderías, lo importante es vacilar con los amigos nuevos y viejos que se convierten en parte de la familia.

¿Lo han regañado por enfrentar a los toros?

Mi mamá no se dio cuenta hasta 20 años después de meterme al redondel. En una ocasión alguien le dijo y me fue a buscar pero no me encontró. Yo sé cuidarme en la arena.

¿No le dan miedo los cachos?

Es muy raro, pero adentro se le pierde miedo al toro. Con el tiempo se conocen sus movimientos y uno sabe cuando hacer suertes frente a él.

¿Lo han corneado?

Sí, claro, cuatro veces. El primero fue “El Chimichurri”, en 1988 y me golpeó la cadera. Al día siguiente volví inyectado a la arena. En otra ocasión, en las fiestas de Puntarenas haciendo un desplante al Satanás hasta tuvieron que entablillarme. Y la última, fue este año en Liberia, “El Coloradillo” se me paró en la espalda.

¿Busca las fiestas de pueblo para torear en el año?

Sí, al igual que muchos de los toreros improvisados que nos encontramos todos los años en Zapote. Sabemos que nos vamos a ver en las fiestas de Liberia, Puntarenas y de Palmares. Todos somos amigos y nos cuidamos.

¿Tiene algún amuleto de la suerte?

Amuleto (sonríe), mi camiseta de La Liga, siempre uso la misma para las corridas. Mi esposa me dice que la cambie, pero no, me da suerte, y menos que somos tricampeones.

Los toreros tienen apodos, ¿cuál es el suyo?

Alguien me dijo “Chunche” porque hace unos años tenía el pelo largo y acolochado como el jugador de fútbol. Y así empezaron a reconocerme con los años en Zapote.

¿Es cierto que muchos lo ven como un ángel?

Los años me han enseñado a moverme en la arena y ahora aconsejo a los más jóvenes. En más de una ocasión los he salvado de un golpe fuerte. Este diciembre, un toro iba a golpear a un “compa” y lo jalé evitando que se quebrara.

¿Se arriesga tanto con los toros como antes?

Ya no tanto, pero siempre me metó al redondel. Ahora cuido más a los improvisados y ellos se acercan a pedir algún consejo. Yo les digo cuando se le pueden meter.

¿Son unidos?

Mucho, cuando uno está herido hasta se visitan en el hospital. Yo he enterrado a 16 compañeros, pero solo uno muerto por un toro. Se siente la amistad de verdad.

¿Quién es?

Percy Rojas conocido como “Chunche” es vecino de Hatillo 4. Tiene 55 años y tres hijos, dos hombres y una mujer. Se gana el sustento trabajando como constructor y en su propio taller de soldadura. Aseguró que de sus 10 hermanos es el único que se dedica al toreo y en una ocasión su esposa junto con sus dos hijos varones se metieron al redondel. En diciembre, prácticamente vive en Zapote y es el encargado de darles la ficha de ingreso a los improvisados a la arena.