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SÍMBOLO
Indígenas hondureños simbolizaron ayer en Tegucigalpa una crucificción en las afueras del Congreso Legislativo, para protestar contra las políticas del gobierno de Honduras.
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Lanzan reclamos
atados a cruces
Tegucigalpa/ AP. Por segundo día consecutivo, un grupo de 18 indígenas permanecía ayer atado a cruces de madera de casi dos metros de altura frente al Palacio Legislativo de Honduras, para exigir al gobierno que no firme un convenio económico con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En cada cruz se leen leyendas como “corrupción”, “marginación”, “injusticia”, “desempleo”, “deforestación”, “inseguridad ciudadana” y “negligencia”, que dramatizan la pobreza que agobia al 80% de los 6,6 millones de hondureños.
La protesta es auspiciada por el Comité Indígena de Organizaciones Populares (COPINH), que dice agrupar a más de 500.000 afiliados de siete tribus del país.
Los protestantes son de la tribu lenca, que vive en la extrema pobreza en la región este de Honduras. Llegaron el miércoles a la capital.
El coordinador del COPINH, Salvador Zúniga, dijo que sólo exigimos que el gobierno no adopte decisiones contra el pueblo, como lo es el convenio con el FMI.
Indicó, además, que “estaremos aquí hasta que el congreso y el gobierno atienda nuestros justos reclamos”.
A los indígenas se sumaron unos 3.000 maestros de primaria y secundaria que anunciaron paros parciales a partir del lunes. Ellos rechazan las exigencias del FMI.
“Hemos creado una alianza popular contra las medidas gubernamentales porque Honduras no debe negociar con el FMI”, dijo el vocero del Colegio de Profesores de Primaria, Arnaldo Pinto.
El FMI ha pedido al presidente Ricardo Maduro que derogue una ley que otorga aumentos salariales anuales de hasta 100% a nueve grupos de profesionales, entre ellos médicos, educadores, sicólogos y enfermeras.
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