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Foto ilustrativa/Al Día
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EL hechizo del fútbol José María Penabad
La Habana.– Épico, grande, heroico, impresionante... Los calificativos se agotaron para describir el encuentro futbolístico cuyo resultado y espectáculo recogieron los diarios universales más serios, desde USA Today, hasta el Sydney Morning Herald. Sin olvidar Argentina, Brasil, México. Y, por supuesto, Europa.
Ríos de tinta fluyen sin rodeos para destacar la victoria, que es leyenda, del Deportivo de A Coruña sobre el Milán (4-0), 7 de abril, en el Estadio coruñés de Riazor. Y, pensamos, solo cabe admitir derroche tal de virtudes balompédicas si se acepta la magia como colaboradora del singular evento. Son “as meigas” que “haberlas haylas”, según afirman en Galicia. Una libre traducción, del gallego, diría que las meigas son duendes, ángeles o diablos, que la literatura colocó a ejercer en el misterio de la verde y húmeda campiña galaica.
En San Siro, el Milán había conseguido un cómodo 4-1 que, a priori, lo clasificaba para la semifinal. Tan abultado resultado de ida que el entrenador del Deportivo prometió peregrinaje de rodillas, de A Coruña a Santiago, 70 kilómetros, Año Santo compostelano, si, a la vuelta, se eliminaba al poderoso conjunto italiano, campeón de la versión anterior de la Liga de Campeones y número uno en el “ranking” mundial de clubes. Jabo Irureta asegura cumplir, pero a pie, de rodillas, imposible.
En Inglaterra, donde se degusta sin complejos el buen fútbol, sea cual sea su fábrica, The Times indicó que el Deportivo se ha convertido en el primer club que es capaz de superar en un partido de vuelta de la competición europea una desventaja de tres goles. The Guardian consideró que “el Deportivo desplegó una de las mayores fiestas del fútbol moderno cuando destrozó al Milán”. The Dally Telegraph sostuvo que “el resultado es más trascendente porque el experimentado Milán no había sufrido una derrota fuera de casa en toda la temporada europea”.
La Stampa rubricó “La caída de los dioses”. La Repubblica: “Campeones fuera, Milán en pedazos”. El Corriere dello Sport, todos italianos, “El imbatible Milán, el equipo que nunca pierde, que siempre sale de los problemas, fue simplemente destruido por el Deportivo en una noche que ya es historia”.
Le Monde, desplegando un análisis del encuentro, recordó que “ni Zinedine Zidane, ni Ronaldo, ni Thierry Henry, ni Paolo Maldini, ni Oliver Khan, ni Ruud Van Nistelrooy disputarán las semifinales del máximo torneo continental”. Le Figaro publicó un artículo cuyo titular resume el memorable partido: “Liga de Campeones, una brisa fresca en Europa”.
A Bola y Diario de Noticias, de Portugal. Clarín y La Nación, de Buenos Aires, e interminable fila de rotativos tratando de explicar el acontecimiento. “Los coruñeses funcionaron con tecnología suiza y voltearon un resultado imposible”, escribió Marca madrileño, todavía herido por la defenestración de los galácticos del Real Madrid.
El non plus ultra futbolístico sorprendido, lo nunca visto: un modesto equipo de provincias salvando escollo tan descomunal. No saben que las meigas animaron, como ángeles, a unos jugadores que pudieron porque creyeron que podían. (Y perdonen el atrevimiento de presumir del genial triunfo de mi equipo, regalo de la TV).
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