Miércoles 14 de abril, 2004. San José, Costa Rica.


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Foto Principal: 701789
Lluvia de balas
Cuatro de los balazos hirieron al dueño de la casa, Fernando Ureña. Un miembro de la familia permanecía ayer en la sala.
Manuel VEGA/Al Día

Ataque a balazos

Gilda GONZÁLEZ

Jericó, San Miguel de Desamparados. Las autoridades judiciales investigan el ataque a balazos antenoche contra un hombre y su familia en esta localidad.

Poco después de las 8 p.m, Fernando Ureña, su esposa Emma Segura, y su hijo José Ángel, de 16 años, fueron sorprendidos por dos desconocidos que llegaron a tocar la puerta de la vivienda, en este montañoso poblado al sur de la capital.

José Ángel, el hijo menor de la familia, relató ayer a Al Día que él se asomó por la ventana y vio a dos desconocidos, pero de igual forma les abrió y fue el momento en que los hombres aprovecharon para ingresar.

“Mi papá había terminado de hablar por teléfono y en ese momento entraron, luego sacaron las armas que llevaban escondidas debajo de la ropa y comenzaron a golpearlo, luego le dispararon varias veces”.

La policía calcula que los dos hombres dispararon al menos en siete ocasiones, cuatro de los balazos dieron con Fernando Ureña. Dos en la pierna izquierda, uno en la derecha y el cuarto cerca de la ingle.

Los otros tres disparos dieron con las paredes de la pequeña sala de la casa.

Ureña debió ser trasladado de emergencia al hospital San Juan de Dios, donde permanecía internado ayer.

Los hombres también golpearon a la mujer mientras gritaban improperios.

“Yo traté de ayudar a mi papá, pero no pude. Lo tiraron al suelo y de ahí casi no se podía mover. Mi papá trató de buscar un cuchillo para enfrentarlos, pero no lo dejaron hacer nada”, narró el joven.

Los vecinos fueron alertados por los gritos de auxilio de la mujer y cuando acudieron a la vivienda, se encontraron con la escena.

Los dos desconocidos lograron huir con un tercer hombre que, al parecer, los esperaba en la vía principal a bordo de un vehículo.

Según la información brindada por las víctimas a la policía, nunca antes los habían visto.

No robaron

Aunque al principio la llamada de alerta sugería un asalto a la vivienda, los agentes del OIJ fueron dejando de lado la versión, tras confirmar que los hombres no se robaron mayor cosa de la casa.

“Lo que extraña es que los agresores llegaron como a buscar al señor y a dispararle. No se llevaron artefactos ni nada”, dijo una fuente policial.

Y es que los hombres lo único que sustrajeron fue una pequeña bolsa con dinero que tenía Ureña debajo de la casa, narró José Ángel.

La policía investiga un enfrentamiento que tiene Ureña con sus hermanos, por motivos de herencia.

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