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La menor de dos meses, Irania Yaniris Duarte Arróliga, fue atendida seis horas antes de su muerte en la clínica de Santa Rosa de Pocosol.
Herbert ARLEY/Al Día
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Investigan muerte de recién nacida Álvaro SÁNCHEZ CÓRDOBA
alvarosanchez@aldia.co.cr
Colaboraron Vivian MEDINA y Míldred MARÍN, corresponsales
Pocosol.- El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) de San Carlos investiga la muerte de la niña Irania Yaniris Duarte Arróliga, de tan solo dos meses de edad, ocurrida el miércoles a las 7 p.m., en San Diego de Pocosol.
Gladis Arróliga Martínez, madre de la menor, relató a Al Día que desde el martes en la mañana la niña lloraba insistentemente, aparentemente por un resfrío que sufría.
El miércoles a las 9 a.m. llegaron a la clínica de Santa Rosa de Pocosol, donde debió esperar hasta la 1:30 p.m. para ser atendida.
Tras la revisión que le hizo una doctora, cuyo nombre se reserva este diario, le recetó Bromofex y Acetaminofén y Crema de Rosas para un salpullido que presentaba la menor.
“Me dijo que no era nada, solo un resfriado, y me dijo que le diera el tratamiento”, narró la madre (ver nota aparte).
La mujer volvió con su hija a la finca donde viven desde hace un mes a las 4 p.m., pero la niña volvió a llorar constantemente después de las 6 p.m. En ese momento, se quedó dormida en una hamaca que tienen en la casa.
Minutos después, el padre de la niña, Santos Duarte, volvió a vigilarla y la vio muy tranquila. En ese momento, pudo comprobar que había muerto, tras ver que su pecho palpitó fuertemente y se paró de un momento a otro. InvestigaciónLa versión policial indica que la niña asistió a la clínica, efectivamente, por un resfrío y que fue atendida por una doctora a la cual se entrevistaría en las próximas horas.
Además, los investigadores judiciales decomisaron los medicamentos y determinaron que no estaban vencidos y que, aparentemente, fueron bien suministrados a la menor por parte de su madre.
La policía también compararía las dosis recomendadas para una menor de tan corta edad y las que fueron recomendados por el médico, así como si hubo algún abuso por parte de la madre al aplicarlos.
La investigación indica que la primera dosis de los medicamentos aplicados a la menor, por parte de la madre, se hizo a las 4:30 p.m.
La policía hizo el levantamiento del cuerpo a las 10 p.m. del miércoles y lo trasladó a la Medicatura Forense en San Joaquín de Flores, Heredia.
Para hoy en la tarde, las autoridades esperan tener un resultado preliminar de la autopsia que las permita saber las causas de la muerte.
Tras conocer el informe, evaluarían la necesidad de decomisar el expediente de la niña que se encuentra en la clínica de Santa Rosa de Pocosol.
Al Día intentó, ayer a las 2 p.m., conocer la versión de las autoridades de ese centro médico, pero indicaron que el único autorizado para dar declaraciones a la prensa es el director médico, José Manuel Ruiz.
Este medio logró contactarlo en Florencia de San Carlos, en una reunión regional de directores de clínicas de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS). Sin embargo, aseguró que no tenía conocimiento de lo sucedido, pero que hoy daría su versión el caso.
“A nadie se le niega el servicio aunque sean extranjeros ni haya campo. Hasta yo colaboro cuando es necesario”, dijo el médico.
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Doña Gladis Arróliga Martínez, madre de Irania, no pudo soportar recordar los momentos en que vio morir a su pequeña de dos meses. Ayer, conversó con El Norte/Al Día, mientras lavaba ropa en una poza cercana a su casa. La acompañan otros de sus hijos, Michael e Ivette, quien carga a su sobrina de seis meses, Karen.
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“Su pechito estaba muy acelerado” Álvaro SÁNCHEZ CÓRDOBA
alvarosanchez@aldia.co.cr
Pocosol.- Su tristeza no pudo más. La pérdida de la menor de sus 11 hijos, dejó correr lágrimas por el rostro de Gladis Arróliga Martínez, madre de la niña de dos meses, Irania Yaniris Duarte Arróliga, quien murió el miércoles en la noche por causas que aún se investigan.
El Norte/Al Día conversó con ella cerca de su casa, mientras se bañaba y lavaba ropa en una poza cercana, junto a su nuera y otros tres de sus hijos. “Desde hace dos días, estaba malita y no teníamos plata, por eso le pedimos al patrón de nosotros y él nos dio el dinero para que fuéramos a la clínica. Nos fuimos el miércoles en la mañana y no nos querían atender, pues no teníamos número.
“Dos veces me dijeron que debía esperar a la doctora hasta la 1 p.m., pues estaba ocupada, pero mi niña lloraba mucho y yo veía que algo le dolía”, relató doña Gladis.
Las condiciones en que vive su familia no son las mejores, pero no son muy diferentes a la que tiene miles de nicaragüenses que trabajan en la corta y siembra de caña en esta zona. En busca de trabajoEsta familia oriunda de Juigalpa, Nicaragua, llegó al país hace 10 años, pero es desde hace un mes que trabaja en la finca de don Freddy Lara.
“Mi esposo le ayuda a sembrar y cortar caña y nos dijo el patrón que en unos días nos vamos para Esterito de Cutris a otra finca que tiene allá”, declaró la madre.
La casa de esta familia nicaragüense está ubicada a unos 3 kilómetros de la calle principal que conduce a Santa Rosa de Pocosol, los cuales debió caminar con su niña en brazos para llevarla a clínica.
“Cuando volví de la clínica, ella estaba un poquito más tranquila, pero después empezó a llorar muy fuerte. Cuando mi esposo llegó la pusimos a dormir en una hamaca que tenemos y fuimos a tapar una pared de la casa por donde se estaba metiendo el agua.
“Cuando terminamos, mi esposo corrió donde la niña para asegurarse de que estaba bien, pero parece que su pecho estaba latiendo muy fuerte y no respiraba bien, le costaba mucho. Ya estaba muertita”, dijo doña Gladis.
Ella espera que el cuerpo de su niña llegue a casa hoy, para darle sepultura en Boca de Arenal de San Carlos.
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