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La artista naranjeña María Jesús Fonseca demostró, el viernes, sus habilidades para tallar la madera en el pequeño local del que dispone, al lado de su casa.
/Al Día
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Manos bendecidas Álvaro SÁNCHEZ CÓRDOBA/ Al Día
alvarosanchez@aldia.co.cr
Ciudad Quesada.- Sus manos evidencian inspiración, originalidad, destreza, dedicación y calidad.
El don que trae desde su nacimiento lo ha puesto de manifiesto durante más de 25 años tallando trozos de madera con maravillosos resultados.
María Jesús Fonseca sabe que su talento es natural, pero lo ha pulido con estudios cursados en la escuela de Bellas Artes de la Universidad de Costa Rica (UCR).
“Es un don que he explotado. Con esto se nace, uno lo que procura es mejorarlo y perfeccionarlo con el transcurso del tiempo”, aseguró esta escultora naranjeña, cuyas obras recorren el mundo.
Varios templos católicos de nuestro país son testigos de lo que pueden crear sus manos.
Algunos de ellos son la Iglesia de Sarchí y varias en Limón, así como templos de Honduras, Nicaragua y Guatemala.
“Me gusta más inclinarme por la figura humana, animales, cosas así, que demuestren vida”, añadió.
Además, gran cantidad de sus obras se pueden encontrar en Italia, Alemania, México, Canadá y Estados Unidos. Esta artista utiliza el pochote y el cedro como material para sus esculturas. En sus comienzos, comentó, también hacía esculturas en piedra, pero decidió que lo suyo era trabajar la madera.
“Para una escultura grande uno tarda, por lo menos, unas cuatro semanas, ya que yo pienso lo que voy a hacer antes de iniciar. Las cosas van saliendo por si solas. A veces una misma se sorprende de las figuras”, explicó Fonseca, quien trabaja a diario en un pequeño rancho a la par de su casa.
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